Este exhaustivo compendio de supersticiones diabólicas y de las prácticas de la Inquisición fue realizado en Suecia por el director danés Christensen, inspirándose en documentos e ilustraciones medievales. El resultado es un film-ensayo que contiene algunas de las imágenes más perturbadoras y blasfemas de la Historia del Cine, y que por ese motivo fue censurado y mutilado durante décadas desde su estreno en 1922. En 1968 fue restaurado, con el agregado de un relato escrito y dicho por el legendario escritor William Burroughs, autor de El almuerzo desnudo.