Coral Bonelli es una artista mexicana íntegra, que puede tanto componer papeles dramáticos como crear y bailar coreografías con un alto nivel y un gran despliegue escénico, aunque actualmente solo lo hace en un garage a causa de la transfobia. Ella tuvo un pasado célebre, bajo el seudónimo de Pinolito, como niño actor y “fonomímico”, vocación que heredó de su madre, Lilia Ortega, también actriz del cine de los setenta. Quebranto es la historia de una artista trans y de su madre, y está representada con una lucidez estética que puede enlazar el testimonio directo con la teatralidad, e ir del realismo a la estilización proponiendo esa amalgama de pobreza y glamour muy propias del cine mexicano. Del relato biográfico al ensueño, del drama social al musical, del melodrama documental a la reinterpretación de imágenes, la visión del director Roberto Fiesco logra darle a la vida de Coral distintas dimensiones para que ilumine y haga trascender su talento vital y sus conflictos. Coral encarna muchos de los dilemas injustos a los que deben enfrentarse las personas travestis, transexuales y transgénero en Latinoamérica, pero su personalidad única también hace de Quebranto un territorio para reflexionar más allá de cualquier límite social impuesto a la diversidad. Texto de Diego Trerotola.
Quebranto (México, 2013. 95’), de Roberto Fiesco.