Si todo villano cuenta con un plan macabro, el de Divine y compañía posiblemente sea el menos vil de todos. Porque, ¿qué mal puede hacer el deseo de destruir a todo aquel que no le permita quedarse con el título de la “persona viva más repugnante”? Única en su especie, Pink Flamingos presenta un mundo donde las ideas de moralidad, ética civil y buenas costumbres son derribadas para entregarnos a cambio un catálogo de personajes que disfrutan de su estilo de vida al margen de toda corrección política. Obscena hasta el delirio, disparatadamente violenta y perversa hasta la perfección, Pink Flamingos es un hito del cine underground que jamás pudo ser superado. No es para menos: ahí está la famosa escena final para recordarnos por qué Divine, esa mezcla de Godzilla y Jayne Mansfield (tal como la definió el propio Waters), merece la gloria trash eterna. Texto de Lucas Granero.
Pink Flamingos (EUA, 1972) de John Waters, c/Divine, David Lochary, Mary Vivian Pearce, Mink Stole, Danny Mills, Edith Massey, Channing Wilroy, Cookie Mueller. 93'.