Espérenme, ¡voy para allá! Desierto de Nevada. Por donde mires no hay nada más que polvo blanco. Todos los años durante una semana, la experiencia Burning Man convoca a más de cincuenta mil personas a una convivencia extrema en una ciudad precaria y alucinante donde no existe el dinero pero sí el trueque, y están muy bien vistos los regalos. Arte, música, diversión, un mundo extraño sin policías ni leyes donde nadie tiene ningún problema con nadie. Los burners son una comunidad armoniosa y pacífica que, antes de marcharse del desierto, levantan hasta la última lentejuela. Ana Grillo y Beth Nelsen son las cabezas de Wayward Girls, un grupo de mujeres lesbianas y trans cultoras del sexo positivo en todas sus formas y promotoras del poliamor. Desde hace algunas temporadas despliegan en el desierto –en topless 24/7– su Camp Beaverton, un espacio de experimentación sexual para mujeres donde imparten talleres para concretar deseos y fantasías, workshops sobre parejas de tres o actividades grupales como la famosa strap-on-a-thon play party, en la que cada una de las chicas tendrá que calzarse su dildo y ver qué hacer con eso. Las Wayward Girls tienen una clara intención pedagógica, y el lugar elegido para desplegarla no puede estar más a tono con semejante ejercicio de libertad. Buena onda, tolerancia y diversión es lo que se respira entre el polvo del desierto y los del Camp Beaverton. Y, un poco más profundamente, también una nueva manera de vivir la sexualidad, sin celos, sin posesión y sin miedos. Texto de Maitena.
Camp Beaverton: Meet the Beavers (Estados Unidos, 2013. 61’), de Ana Grillo.