Tiene todos los elementos de un perfecto western: el hombre que llega a un pequeño pueblo, la certeza de una venganza, un antiguo amor. Todo eso, expresado en acciones precisas y diálogos secos, está planteado en un guión original escrito nada menos que por García Márquez y Carlos Fuentes. Sobre ese notable punto de partida, un muy joven Arturo Ripstein agrega una sensualidad cruda y sobre todo un determinismo trágico logrado con recursos de puesta en escena que parecen asombrosamente maduros. Nacido en el seno de una industria que fue bastante refractaria a las rupturas y renovaciones, el realizador logró sin embargo poner a un experto equipo de veteranos (como el fotógrafo Alex Philips, que ya tenía más de 150 largometrajes en su haber) al servicio de su propia vocación expresiva. El resultado no es sólo su ópera prima, sino su primera obra maestra. Texto de Fernando Martín Peña.
TIEMPO DE MORIR (México-1966) de Arturo Ripstein, c/Jorge Martínez de Hoyos, Marga López, Enrique Rocha, Alfredo Leal, Tito Junco. 90’.