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Con motivo de la presentación de la banda porteña en el marco del 16º aniversario de Malba, conversamos con Sebastián Carreras, alma mater de este proyecto artístico y musical. SIN es el nombre de una instalación audiovisual que combina deconstrucción de imagen y sonido y utiliza como “guion” el repertorio de canciones de la banda Entre Ríos. 

¿En qué consiste el proyecto SIN que van a presentar en la Plaza Perú?

Es una instalación audiovisual, con sonido cuadrafonico y mapeo de imágenes. Siguiendo con el camino que tomó el grupo desde 2013 que es replantear y cuestionar el uso de las herramientas digitales para crear y comunicar, seguimos utilizando la tecnología digital que hoy se usa para desarrollar todo video y todo sonido existente; pero, buscando descontextualizarla de cualquier formato estándar. En el caso especifico de SIN, el propósito es que el participante de la obra pueda experimentar múltiples formar de percepción del sonido y la imagen de acuerdo a la manera en que el mismo recorra la instalación.

La banda siempre se sintió cómoda en los cruces con otras artes, ¿cómo ves ese vínculo interdisciplinario hoy?

Siendo un grupo que hace música pop, los cruces son parte de la identidad y manera de hacer. Por eso conceptualmente nos pareció muy importante responder con contenido artístico a las diferentes instancias de cambios en la forma de comunicación de las que nos tocó ser parte a partir del avance del flujo digital e Internet 2.0. El grupo empezó en el año 2000 y en ese momento era novedad la posibilidad de producir música a partir de softwares accesibles y computadoras hogareñas: lo que hicimos desde entonces y hasta ahora es expandir las posibilidades que esas herramientas brindan. Hoy hay nuevas posibilidades que surgen de los usos no convencionales o funcionales de las herramientas y del flujo de información digital. Nuestra instalación Sin es un flujo digital puesto en un contexto artístico donde existe una búsqueda de cierta belleza y emotividad, incitada por la música de Entre Ríos

¿Cómo funciona en esta etapa la sinergia entre el formato tradicional de la canción y la experimentación con los medios digitales? 

Es un gran momento para rescatar el lirismo y las poéticas que el formato canción tiene e intentar encontrarlo o descubrirlo en otros impulsos sensoriales que no son exactamente lo audible o lo visual, y que están ahí, en un nivel intermedio quizá. Por ejemplo, la posibilidad de manipular el sonido hasta convertirlo en una textura desdibuja los límites de percepción de la información sonora hasta poder percibirlo de manera cuasi pictórica o visual. Como una especie de impresionismo digital. Creo que este es un gran momento, porque la tecnología empezó a ejercer ese cambio hace unos 30 años, pero recién ahora se vislumbran los espacios vacíos que un nuevo arte ha de ocupar y tiene que ver con nuestra manera actual de comunicarnos y percibir.