El sábado 15 de noviembre, el escritor y curador Pablo Lafuente (España, 1976) brindará en el auditorio de MALBA la conferencia Cultura ilegítima: la 31a Bienal de San Pablo. Luego de la presentación, el curador conversará con Agustín Pérez Rubio, Director Artístico de MALBA, sobre varios de los aspectos controversiales de la Bienal.
Aquí compartimos el texto de presentación de la 31a Bienal de San Pablo (6 de septiembre - 7 de diciembre, 2014), escrito por el equipo curatorial: Galit Eilat, Nuria Enguita Mayo, Charles Esche, Pablo Lafuente, Luiza Proença, Oren Sagiv, Benjamin Seroussi. Traducción del portugués: Fernando Bruno.
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El título de la 31a Bienal de San Pablo, Como (…) cosas que no existen, es una invocación poética al potencial del arte y a su capacidad de actuar e intervenir en los lugares y comunidades en los que se manifiesta.
El abanico de posibilidades para esta acción e intervención está abierto –una apertura que es la razón de la constante alteración del primero de los dos verbos del título, que anticipa las acciones que podrían hacer presentes a las cosas que no existen. Comenzamos por hablar sobre ellas, para enseguida vivir con ellas, y luego usar, pero también luchar por y aprender con esas cosas, en una lista sin fin.
Si consideramos que la comprensión y la capacidad de acción humanas son siempre limitadas o parciales, muchas cosas quedan afuera de los modos comúnmente aceptados de pensar y de actuar. Sin embargo, esas cosas que no existen son esenciales para superar las expectativas y las convicciones. Cuando nos encontramos sin salida, debatiendo sobre explicaciones distintas acerca de nuestra experiencia en el mundo, las cosas que no existen se vuelven tangibles en su ausencia. Nos confrontan cuando somos testigos de injusticias o cuando nos encontramos frente a situaciones que nos parecen insuperables, ya que necesitamos herramientas para actuar.
Hoy, esos obstáculos pueden encontrarse en diversas situaciones rígidas y duraderas, muchas de las cuales parecen haberse vuelto extremas. En una época en que los intercambios de informaciones crecen exponencialmente, hay una reducción en la diversidad de estructuras de pensamiento. El modelo económico dominante, con su lógica fría de eficiencia, ignora la historia y la cultura locales en favor de análisis simplistas de lucros y pérdidas; la complejidad del deseo humano es dejada de lado, y los antiguos discursos de oposición al capital también fracasan al intentar incorporarlos. A pesar de que lo espiritual es una presencia imperativa en la vida de muchas personas, que se expresa en una gran variedad de modos y conductas, los abusos practicados en nombre de la religión son innumerables. El juego político tradicional, con sus oposiciones binarias, está desconectado del día a día y precisa abrir el camino para nuevas actuaciones; la representación política, como reflejan los recientes movimientos de protesta en diversas regiones del mundo, está viviendo una crisis profunda, y todavía ninguna alternativa clara ha surgido. Esta situación, sin embargo, no es ni necesaria ni permanente…