En sus últimos años Mastroianni eligió con gran inteligencia los films que aceptaba hacer y así trabajó con grandes autores contemporáneos como Raoul Ruiz o Manoel de Oliveira. Pero en esa inteligencia también hubo lugar para este film, que remite más a Antonio Tabucchi, autor de la novela, que al director Faenza. Es un film que podría haber sido convencional pero que alcanzó la grandeza porque le permitió componer un personaje que estaba a la exacta altura de sus capacidades. Sostiene Pereira es algo más que una trama sobre la resistencia al fascismo y un hombre que debe tomar las decisiones que siempre ha evitado. En la tranquila melancolía de cada gesto, en sus espaldas cargadas con esa responsabilidad que no quiere, en cada pequeño matiz de su mirada o de la forma en que se dirige a su esposa muerta, Mastroianni se transforma en el mejor Pereira posible, su propia y última obra maestra.
Texto de Gustavo Castagna para el ciclo Ciudades
La compleja transposición de la novela de Antonio Tabucchi, ubicada en Lisboa antes de la Segunda Guerra, cuenta sobre la postura apolítica del editor cultural de un diario (notable Mastroianni) y su amistad con un joven idealista. La película presenta un mundo a punto de explotar, con la vecina España en guerra civil, un personaje central ajeno al contexto y la banda de sonido de Morricone sustentando cada una de las imágenes. El tono es leve y no riguroso como en la novela, en tanto, el trabajo de Mastroianni potencia a la película en sí misma.
Sostiene Pereira (Italia / Francia / Portugal-1995) de Roberto Faenza, c/Marcello Mastroianni, Joaquim de Almeida, Daniel Auteuil, Stefano Dionisi, Nicoletta Braschi, Marthe Keller. 104’.