El punto de partida es el castigo atroz que sufre una mujer adúltera por orden de su marido. Luego la trama se desarrolla como una versión excéntrica de Rashomon, y aún después todo se resignifica en el plano de lo sobrenatural. Pero si el asunto del film presenta sus desafíos, es más asombrosa todavía la forma elegida para filmarlo, porque en su ritmo, en su escenografía y vestuario, en su música, en sus encuadres y en su humor lunático, el resultado no se parece a nada. (A nada que yo haya visto, por lo menos). Cada escena es un asombro, a veces por sus procedimientos formales pero casi siempre por su acción: nadie hace nunca ninguna cosa previsible. Y sin embargo todo tiene un sentido preciso, que se revela poco a poco y tiene que ver con el principio.
El responsable de esta obra maestra es un señor Kang-Chien Chiu, que al parecer dirigió muy poco pero fue un guionista prolífico, notoriamente para Stanley Kwan. Parece que esta película tuvo una circulación complicada y dos o tres versiones. La que abrirá este Bazofi es la original, de 136 minutos de duración, en una hermosa copia fílmica donada por la Oficina Cultural y Comercial de Taiwan.
Ming Ghost (Taiwan-1990) de Kang Chien-Chiu, c/Joey Wang, Lap-Man Tan, Jack Kao, Anthony Yiu-Ming Wong, I-Chen Ko, Hui-Lou Chen, Su-Yon Ko, Han Yu, Wing-Chi Cha. 136’.