En su texto ¿Cómo explicarle qué es el arte a un departamento educativo muerto?, el artista y educador español Jordi Ferreiro sostiene que “la figura del educador de museo aparece en nuestro contexto en los años 70 bajo el sobrenombre de ‘guía de exposiciones’ cuando los grupos de turistas y escuelas de primaria empezaban a desbordar las salas del museo. Han pasado ya más de 40 años de ese momento y los educadores hemos recibido nombres tan terribles como ‘informadores’, ‘auxiliares de sala’ o el inaguantable ‘monitores’. Y ahora nos encontramos con la etiqueta de ‘educador’ o de ‘mediador’ pero aún no sabemos acomodarnos a este término, y no sabemos exactamente cómo funciona”. Más adelante, precisa sobre su rol dentro de la institución-museo: "Como educador, soy un museo dentro del museo, un museo efímero y de escala humana que colecciona el aquí y el ahora, es decir, toda las experiencias, ideas, anotaciones, curiosidades y contenidos de los habitantes de la exposición (artistas, comisarios, críticos, usuarios, restauradores, personal de limpieza, personal de seguridad, y más...). Este patrimonio que coleccionamos es temporal ya que sus referencias caducarán a corto plazo y por eso nuestra función es muy valiosa. Solo lo podemos coleccionar nosotros, porque somos los que estamos en salas día tras día y en contacto directo con todos sus habitantes... Así pues, nuestro discurso es un elaborado collage de los discursos que vienen de dentro y de fuera de la institución, y nos convierte en un agente activo en el tiempo dentro del gran cubo blanco donde el tiempo parece que no pasa".
En el marco de las jornadas Hábitos de aprendizaje. Desafíos en común, Ferreiro presentó un proyecto titulado El museo como zona de contacto. En la línea entre el arte y la mediación, propuso una intervención en las salas de la colección permanente de MALBA que funcionó como una dislocación de las dinámicas habituales entre el museo y el visitante. Esta dinámica colectiva intentó visibilizar y empoderar el conocimiento del público en las salas y añadir una nueva capa de significado a las ya existentes a través de contenidos agregados por los participantes del taller a partir de sus propias experiencias. En este video, explica la actividad:
En el marco de las jornadas Hábitos de aprendizaje. Desafíos en común, el artista y educador brasileño Diogo de Moraes fue invitado especialmente para desarrollar una documentación especial, donde la mediación cobra un rol de observación y de-codificación y se traduce en pequeños dibujos.
El objetivo de estas jornadas es reflexionar sobre el modo en que conformamos nuestros hábitos de aprendizaje, repensando desde experiencias propias cómo se establecen los valores que se le adjudican a los conocimientos.
Un museo de todos
En este video, Daina Leyton, coordinadora de educación del MAM de Sao Paulo, presenta el proyecto educativo de la institución y su concepción de la accesibilidad en los museos. Leyton participó en las Jornadas Hábitos de aprendizaje. Desafíos en común, el 3 y 4 de marzo de 2017 en MALBA.
Por Daina Leyton