Todo es insólito en este film y, hasta cierto punto, inexplicable. Se trata de un ejemplo mayor de la corriente extranjerizante que dominó parte del cine argentino en estos años pero lo hizo la empresa Artistas Argentinos Asociados que se había formado apenas cinco años antes para combatir esa tendencia y filmar temas netamente argentinos. Es un melodrama dirigido por un hombre que rara vez hizo melodramas. Y si el verdadero melodrama se define por el exceso, pocos films han llegado a ser tan generosamente melodramáticos como este en su apuesta definitiva por el triunfo de lo imaginario sublimado a través del artificio. Casi todo está resuelto en estudios, incluyendo el ominoso bosque en que se pierde la protagonista y el exterior de la casa de Juan Marcos, completado con efectos especiales para señalar el paso del tiempo. La música juega un doble rol dramático, por un lado desde las interpretaciones del protagonista y por otro desde la abundante partitura incidental. La cámara del virtuoso director de fotografía Francis Boeniger vuela por las escenografías como si no tuviera ningún peso, se integra en complejos efectos de luz y sombra, adopta encuadres atípicos para subrayar las connotaciones oníricas de la situación y se sumerge en primerísimos planos en busca de la máxima expresividad de su elenco. El momento más demencial del film es una evocación dentro de la evocación, tiene lugar en una iglesia y consiste en una escena de seducción, en la que Juan Marcos y Catalina se unen a la distancia en un éxtasis espiritual con tomas áreas y campanadas, que ella expresa en un estallido vocal mientras él toca el órgano. Como alguien dice después, “El espíritu es todo”. Texto de Fernando M. Peña.
domingo 29 de diciembre de 2024 a las 22:00
Como tú lo soñaste (1947), de Lucas Demare, c/ Mirtha Legrand, Francisco Petrone, Sebastián Chiola, Guillermo Battaglia, Juana Sujo, José María Gutiérrez. 97’.