Mientras se escucha el himno nacional, un vertiginoso montaje de imágenes de archivo resume los momentos políticos más importantes del siglo XX desde una constante siniestra: la muerte civil provocada por la policía y las fuerzas armadas. Parece lógico entonces buscar los orígenes de toda esa muerte en un cementerio, el de la Recoleta, donde han ido a parar los huesos fundacionales. Prividera, que es el más laborioso y metódico de los críticos de cine argentinos y tiene un respeto inusual por el valor de la palabra, urde una suerte de debate espectral entre diversos nombres de la historia argentina y lo sostiene sobre plácidas imágenes de piedra, bronce y mármol. Esa rigidez de lo que fue contrasta con la potencia vital de las palabras, de los diversos pensamientos en conflicto que definen lo que aún somos. Los textos de los padres están dichos por lectores del presente porque en ese sentido el pasado no está clausurado y el film está pensado para los vivos. No obstante, fue excluido sin explicaciones de los dos festivales más importantes de la Argentina en un gesto que ciertamente los volvió un poco menos importantes.
TIERRA DE LOS PADRES (Argentina-2011) de Nicolás Prividera. Largometraje documental. 100’.