El médico y pintor Carlo Levi, acusado de conspirar contra el régimen fascista, es desterrado a un pequeño pueblo de Lucania, en donde establecerá una fuerte relación con sus habitantes. Adaptación de la novela homónima de Carlo Levi y cuarta participación de Volonté junto al director Francesco Rosi, la película reflexiona sobre las enormes diferencias políticas, culturales y económicas entre la Italia del norte y central con la del sur.
En Cristo se detuvo en Éboli, Volonté tiene la ardua tarea de personificar la soledad de una persona que ha sido desterrada (por pensar distinto) y, por ende, despojada de toda humanidad. Su trabajo es sencillamente magnífico: a través de su mirada intensa, perdida y cansada (en primeros planos), el espectador puede sentir y padecer todas sus penas. En ella expresa la resignación y el hastío de un intelectual que no tiene lugar en el mundo.
El trabajo de Volonté es fortalecido gracias a la dirección de Rosi y la fotografía pictórica de Pasqualino De Santis. El film se toma sus tiempos para mostrar el vagabundeo del personaje y la interacción antropológica y costumbrista con sus habitantes.
Volonté no solo carga el peso de la melancolía sobre sus hombros, sino también el pesimismo sobre la sociedad y la humanidad, rodeado de personas, pero siempre solo. La única redención posible, tal vez sea, su encuentro con un simpático perro llamado Barone: único amigo fiel frente a esta sociedad arrasada y despiadada. Texto de Manuel Pose.
jueves 11 de abril de 2024 a las 18:00
Cristo se detuvo en Éboli (Cristo si e fermato a Eboli, Italia-1979) de Francesco Rosi, c/Gian Maria Volontè, Paolo Bonacelli, Alain Cuny, Lea Massari, Irene Papas, François Simon. 150’.