Aquí no hubo remake, desde luego, pero hay una notoria consistencia de tono entre la impiadosa mirada que ambos realizadores tienen sobre la infancia, la pobreza y la locura y en muchas ocasiones Torre Nilsson reconoció la influencia del maestro español. Ya en su corto Las hurdes (1933) Buñuel tiraba la realidad por la cabeza del espectador, ironizando con la voz en off de un narrador que dice las mayores atrocidades con la misma neutralidad con que describe el comportamiento de unos insectos. Del mismo modo, las criaturas de Los olvidados y de El secuestrador no sienten que están viviendo un “descenso a los infiernos” sino que encuentran natural hallarse en él y se comportan en consecuencia.
El secuestrador (Argentina, 1958) de Leopoldo Torre Nilsson, c/María Vaner, Leonardo Favio, Lautaro Murúa, Osvaldo Terranova, C. López Monet, A. López Méndez. 75’.