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Una historia sin héroes ni villanos es lo que se propone Ford en este film, que es uno de sus primeros largometrajes y sin embargo ya contiene muchos de los principales rasgos de su estilo. Buena parte del metraje está dedicado al humor rústico que Ford gustaba poner en escena para representar la amistad entre hombres. Harry Carey, conocido en Argentina como Cayena, es un jugador y un borracho que sin embargo sabe ser noble cuando es preciso. Su rival no es mucho mejor ni peor que él. Un personaje lateral resulta ser el más negativo de la trama, pero no por villanía maniquea sino por flojo y pusilánime. El paisaje -en este caso el desierto- ya tiene la dimensión dramática característica de su obra madura. Se lo supuso perdido durante décadas hasta el hallazgo reciente de una copia en Checoslovaquia.