Muchos films policiales se inspiraron en la figura de John Dillinger (1903-1934), el más carismático ladrón de bancos de la historia norteamericana reciente, aunque éste fue el primero en utilizar su nombre. Paradójicamente no se trata tanto de una biografía como de una invención del guionista Philip Yordan en función de la temible personalidad del actor Lawrence Tierney. Rescatado décadas después por Tarantino en Perros de la calle, Tierney domina literalmente el film y en su momento lo transformó en uno de los más influyentes del film noir, en compañía de un elenco perfecto en el que se destacan también el gángster perpetuo Marc Lawrence y el genial Elisha Cook, Jr.
Dillinger es también un ejemplo clásico de lo que podía lograrse desde la barricada relativamente imprevisible del cine de bajo presupuesto. Aunque fue producida por los hermanos King para la modestísima empresa Monogram, el film alcanzó tal impacto que obtuvo una nominación al Oscar por mejor libreto, distinción rarísima para un film tan económico. Hoy nadie se acuerda del director Max Nosseck, uno de los muchos artistas germanos que escaparon de su país debido al nazismo, pero su filmografía es intrigante porque contiene al comienzo comedias al estilo de Lubitsch (que además protagonizó), tres obras mayores del film noir (Dillinger, The Brighton Strangler y The Hoodlum) y el mejor film sonoro de Buster Keaton (Le roi des Champs Elysées).
Dillinger (EUA-1945) de Max Nosseck, c/Lawrence Tierney, Edmund Lowe, Anne Jeffreys, Eduardo Ciannelli, Marc Lawrence, Elisha Cook, Jr. 70’.