Este es un film atípico en la filmografía de Hitchcock y sus devotos están lejos de considerarlo entre sus preferidos. Contiene, sin embargo, algunas de las imágenes más sugestivas de toda su obra y fue pionero en varios sentidos: introdujo de manera explícita el psicoanálisis por primera vez en un policial y reflejó de manera temprana y original el estado anímico de la posguerra. En este sentido el film tiene un correlato en una película alemana de Georg W. Pabst titulada Misterios de un alma (Geheimnisse einer seele) hecha en 1925, que, de un modo similar, sintetizó en la primera posguerra el interés por las teorías de Freud y planteó un enigma -no policial sino intimista- cuya solución se encuentra en las imágenes surreales que sueña el protagonista. El film de Hitchcock también fue pionero en el uso que hizo el músico Miklos Rozsa del particular sonido del Theremin, abuelito de los instrumentos electrónicos. Su particular ulular se transformó en el perfecto equivalente sonoro de la sensación de extrañamiento e inestabilidad psíquica.
Cuéntame tu vida (Spellbound, EUA-1945) c/Ingrid Bergman, Gregory Peck, Leo G. Carroll, Mickael Chekhov, John Emery. 111’.