Segunda colaboración entre Bigelow y el guionista (y ocasional director) Eric Red. La primera dio como resultado Near Dark (1987), un western protagonizado por vampiros, muestra acabada del talento de Bigelow como directora.
Una de las obras más importantes del director, que comienza con la investigación de un policía sobre el suicidio de un compañero, pero se transforma en una historia de venganza.
Dos empleados de un banco realizan un espectacular asalto en enero de 1972, sin apropiarse de nada para su uso personal. Todo el dinero lo aportan a la causa revolucionaria a la que se han unido
Unos productores europeos que llegan a Argentina para filmar una biopic feminista. Un tesoro jesuita escondido en Misiones. Un rodaje falso funciona como pantalla para llegar al tesoro, y se revela como el escenario de una posible y melancólica versión de La Isla del Tesoro.
El film describe la progresiva toma de conciencia de un joven mongol, descendiente lejano de Gengis Khan, quien primero sufre un robo a manos de un comerciante de pieles y luego es utilizado por el ejército zarista, que necesita un gobernador títere para consolidar su dominio sobre la zona.
Tomando como base tres canciones folklóricas de Asia Central y reuniendo los pocos minutos de material de archivo que existían filmados con Lenin, Vertov lleva al extremo sus teorías sobre el montaje, en contrapunto rítmico con la música.
Basada en la novela de Gorki, se trata de una de las películas emblemáticas del período y narra la toma de su conciencia revolucionaria de una madre ante el compromiso militante de su hijo. En este film Pudovkin prefirió definir protagonistas individuales y apelar a la emoción del espectador de un modo bastante clásico.
El director reconstruye obsesivamente la vida en un pueblito ruso a comienzos de los ’30. El film quedó prohibido, pero hoy se lo considera entre los más importantes de todo el cine soviético.
(Dvadtsat dney bez voyny, URSS-1976), de Aleksey German, c/Yuriy Nikulin, Lyudmila Gurchenko, Aleksey Petrenko, Angelina Stepanova, Yekaterina Vasilyeva. 101′.
Psicosis
Con todos sus defectos y virtudes, la secuencia de la ducha se convirtió en un emblema de Psicosis, película que dividió las aguas en la historia del cine de suspenso.
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