Un grupo de jóvenes psíquicamente inestables, con tendencias criminales, es objeto de un tratamiento que prescinde del encierro para procurar su reinserción social. Los jóvenes someten a su guardián a toda clase de humillaciones con el único objetivo de testear el límite de sus ideales morales.
(Francia-1968) de Melvin Van Peebles, c/ Harry Baird, Pierre Doris, Christian Marin, Nicole Berger. 87´
Harto de que los estudios mutilaran su obra, Peckinpah los envió al cuerno y decidió hacer una película personal de manera independiente, a ambos lados de la frontera entre Estados Unidos y México.
Sexo y rebelión. Lo suficiente para poner nerviosa a la sociedad bienpensante de los 70 (que era menos bienpensante que la actual). Bertrand Blier maneja como pocos la cuerda satírica y en este film compone una de sus obras más acabadas.
Primero fue un best seller, luego una de las obras teatrales más exitosas de la historia y finalmente un film que estuvo a la altura de esos éxitos, en buena medida gracias a un elenco perfecto.
Filmada con restos de películas donadas en solo 22 días repartidos en casi dos años, hay tanta épica en Comiéndose a Raúl que tarde o temprano iba a transformarse en una película de culto.
Un abogado no soporta más a su senil, vulgar e insufrible madre pero no puede deshacerse de ella, aunque fantasea todo el tiempo con hacerlo. Tocar ciertas fibras íntimas es la mejor forma de ofuscar al público.
Si alguna vez alguien quisiera saber cómo son las historias de perdedores en el cine, tendría que empezar por Fat City. Y no porque sea la primera de perdedores ni de boxeadores en tobogán hacia el desastre, sino por ser la más lírica, la más sentimental, la que tiene al loser más inolvidable.
Historia de locura fingida, locura real, incesto simulado, periodismo sensacionalista, números musicales reales e imaginarios, mujeres devoradoras de hombres, negros que creen ser miembros del Ku-Klux-Klan y tormentas eléctricas en los pasillos de un manicomio.
La casa de Whipcord
Un grupo de desquiciados, liderados por una carcelera sádica y un juez esclerótico, establece un sistema represivo privado, con su propia prisión, sistema de castigos y hasta ejecuciones, por entender que el gobierno no es todo lo enérgico que debería con sus ciudadanos.
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