Esta insólita remake argentina del clásico de Lang contiene trabajos memorables de Pinzón y Zubarry, y se permite algunas interesantes variaciones sobre el original, la más audaz de las cuales es transformar al comisario protagonista en un paralelo del asesino, ya que él también está condicionado por la represión sexual y el deseo insatisfecho. Además de la elocuencia visual de Viñoly Barreto, el film se benefició de la participación de dos de los mayores directores de fotografía de la historia del cine argentino: Aníbal González Paz, que hizo verdaderos prodigios con el blanco y negro, y Alberto Etchebehere, que fue uno de los autores de la adaptación.
El vampiro negro (Argentina-1953) de Román Viñoly Barreto, c/Olga Zubarry, Roberto Escalada, Nathán Pinzón, Nelly Panizza. 90'.