Madrid y casi todo el mapa de una España en guerra surgen en el clásico documental del francés Fréderic Rossif. La voz en off describe de manera austera cuestiones bélicas, territorios a ocupar, batallas ganadas y perdidas, estrategias militares, la colaboración recibida “desde afuera” para los bandos en pugna.
Esta ópera prima registró con dolorosa fidelidad el estado de ánimo de una juventud que había atravesado el peronismo, el golpe de 1955 y la posterior decepción que supuso el gobierno de Frondizi.
El agua de Los inundados es agua de río, de un río cotidiano del litoral argentino que es todo menos paisaje estético, en cuyas costas viven varias familias de escasos recursos que deben trasladarse luego de una crecida.
Ferrara y su guionista Nicholas St. John crearon el personaje de Christopher Walken como un monstruo urbano contemporáneo, ávido de poder y vicios, pero dominado al mismo tiempo por ambiciones mesiánicas.
En sus últimos años Mastroianni eligió con gran inteligencia los films que aceptaba hacer y así trabajó con grandes autores contemporáneos como Raoul Ruiz o Manoel de Oliveira. Pero en esa inteligencia también hubo lugar para este film, que remite más a Antonio Tabucchi, autor de la novela, que al director Faenza.
Un documental sobre el arquitecto Rodolfo Livingston, en el que un hecho fortuito nos hace pensar que a veces el cine, la arquitectura y la vida están íntimamente ligados.
Tras la muerte de su padre, Ihjãc inicia un viaje espiritual que lo llevará a vivir un duelo tormentoso. Con apenas 15 años, deberá asumirse como padre de un nuevo hogar, palpar la marginalización de su comunidad indígena y enfrentar la posibilidad de convertirse él mismo en un shamán.
En 1976, tras la persecución ideológica y la prohibición de sus canciones, Alfredo Zitarrosa debe abandonar su país, inmerso en una sangrienta dictadura. Desde su vasto e inédito material fílmico y sonoro en primera persona, la película narra el dolor de vivir en el exilio en un mundo signado por la violencia.
Más que una “adaptación” o “trasposición”, el guión de Operación Masacre fue un desglose dramático de los hechos descriptos en la primera mitad del libro de Walsh, que se mantuvo como referente complementario durante todo el proceso de escritura del guión.
La ópera prima de Gerardo Vallejo desarrolla la historia de la familia Reales, que el director había introducido ya en un cortometraje previo, Las cosas ciertas, realizado en el marco de la Escuela Documental de Santa Fe.
Comencemos de a tres
Troisi, heredero legítimo de la tradición teatral napolitana de los De Filippo y de la Commedia dell’Arte y mucho más atrás de las formas teatrales –junto con las sicilianas– más antiguas de que se tengan memoria, debutó como director con este film.
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