El insuperable debut de Littín puede versar sobre un caso real que conmocionó al pueblo chileno en agosto de 1960.
La vida onírica es la marca registrada de la poética del maestro kazajo, y en su primera película el empleo de la puesta en abismo para introducir los sueños de su protagonista como secuencias narrativas y en continuidad en la lógica del relato es de una frecuencia tal que el propio film casi llega a invertir y trastocar el balance entre su conciencia diurna y la onírica.
Desde los primeros minutos, se revela que el film combina elementos del policial y del melodrama para llegar a lo que verdaderamente le importa a Astruc, el retrato de la personalidad de su protagonista, que va ganando espesor a medida que se suman los malos encuentros del título.
La música alterna ritmos melódicos, el revival del jazz tradicional y un temprano rock’n’roll. En su variedad constituye todo un catálogo de lo que era la música joven en Inglaterra justo antes de la explosión de los Beatles y permite entender mejor hasta qué punto fueron importantes.
Los principales rasgos de estilo del propio Stroheim también están planteados tempranamente en este film: la representación del prusiano decadente y lascivo, atento a los mínimos detalles de su apariencia física, la vocación para mostrar las conductas humanas despojadas de toda hipocresía, la fascinación por el impulso trágico.
La cita inicial de Lenin es un diagnóstico: la Unión Soviética es inmensa y por lo tanto diversa, lo que explica que aún existan remanentes de una economía patriarcal. Tras la cita, la demostración.
La infancia es la edad de la creencia. Los adultos emplean palabras ya sin pensar demasiado en ellas, y niñas y niños observan la relación entre estas y los actos y las cosas.
Después de una cita de Dante, el rostro de un hombre y una afirmación sobre el trabajo: mata y quizás dignifica. Quizás. Este es el inicio de la película y de una obra, la de uno de los grandes, quien filmó el trabajo, la desesperación, la fe, la alegría, la prostitución, el deseo, el fascismo.
Dark Star
La ópera prima de John Carpenter comenzó como un proyecto estudiantil y luego se amplió a un largo de presupuesto ínfimo pero lleno de ideas, citas, homenajes y parodias de varios clásicos de la literatura y el cine de ciencia ficción.
+ info