Los personajes del título son un hombre y una mujer con pasado que se encuentran en Portugal y mantienen allí un peleado amor, bastante castigado por la desconfianza y por la amenaza policial. Como asunto policíaco y sentimental el asunto está mucho mejor pensado que otros temas similares, y los cinco minutos finales, donde se analizan cosas ocurridas en todo el film, lo revelan claramente así.
Harry Fabian trabaja a comisión como gancho de un club, pero es ambicioso y sueña con hacerse independiente. Para conseguirlo no dudará en embaucar al campeón del mundo de lucha greco-romana para que se enfrente a su hijo Kristo, que controla la lucha en Londres.
La tregua hace honor a su nombre en lo que se refiere a las imágenes que brinda sobre la homosexualidad masculina. Por un lado está Jaime, el hijo gay del protagonista, que es triste, melancólico y atormentado. Pero, por el otro lado, está Santini, el verdadero héroe de la película.
Por un lado es un romance del mar, del heroísmo, de la naturaleza, de la oposición que los tripulantes encuentran en la tormenta o en el avión enemigo o en los comerciantes de tierra. Pero además de esa ficción, reiterada en todo el género, Hombres de mar es un cuadro real de marineros en su ambiente, de su soledad y su despierto erotismo.
Todo el film es tan solo un cambio de posiciones entre perseguidor y perseguido, enfocado en una pequeña villa americana y en la ciudad de Los Angeles, sin introducirse mucho en el relato de los antecedentes y sin agregar un solo dato superfluo al proceso natural del hecho.
Rodada en blanco y negro, Bolivia se propone como una cruda apelación a la reflexión necesaria sobre la xenofobia y la violencia social en la Argentina. A 20 años de su estreno, se presenta en copia restaurada para su reestreno en el Malba, junto al mediometraje La expresión del deseo.
Un clásico fundacional en su versión definitiva, restaurada en Alemania a partir del hallazgo en Buenos Aires de una copia integral. Se verá con música en vivo compuesta e interpretada por la National Film Chamber Orchestra que coordina Fernando Kabusacki.
Una serie de retratos documentales filmados a lo largo de la pandemia. El control policial, las pantallas, las máscaras, los trajes se impusieron a la vida cotidiana, mostrando ese entorno de extrañamiento que la ficción adelantó incontadas veces.
Este es uno de los films más ricos de toda la historia del cine: la descripción de los ambientes pobres en que comienza la acción, el antecedente alcohólico y brutal de una generación anterior (un motivo y no un azar), la pasión descubierta y ejercida por gentes humildes y mediocres, la ceremonia de casamiento, que es toda una sátira a la pompa y a la gula.
Harry Callahan (Clint Eastwood) es un duro policía que se ha criado en la calles de San Francisco. Sus compañeros le llaman Harry el Sucio por sus particulares métodos de lucha contra el crimen y porque siempre se encarga de los trabajos más desagradables.
El gran Calavera
Una familia rica pasa a ser pobre, primero por impostura y luego por necesidad en esta comedia de enredos concebida como vehículo para lucimiento del comediante (y también director) Fernando Soler, extremadamente popular en México.
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