Sita Valles fue una dirigente estudiantil carismática profundamente comprometida con el Partido Comunista de Portugal, su lucha y sus ideales. Tenía apenas 24 años cuando decidió volver a Angola para dar su vida por la lucha armada independentista de ese país.
El crítico y programador Roger Koza definió alguna vez a Trás-os-Montes como «una de las mejores óperas primas de la historia del cine», y es que Margarida Cordeiro y António Reis consiguen retratar la vida en los pueblos del nordeste de Portugal conjurando una extraña alquimia, por la cual pasado y presente pueden convivir en un mismo tiempo.
Salomé pasa todos los veranos en la casa de sus abuelos, en un pequeño pueblo de Trás-os-Montes que parece detenido en el tiempo. Los días transcurren con calma, entre juegos y comidas, hasta que repentinamente muere Avó, su abuela, y muchas cosas que permanecían ocultas empiezan a salir a la luz: rencores, miedos… y espectros.
Primer largometraje de ficción dirigido por una mujer de la historia del cine portugués. Estrenada en agosto de 1946, en Lisboa, integró la competencia oficial del 1° Festival Internacional de Cine de Cannes que se realizó ese mismo año.
El día empieza en un pequeño pueblo rural del norte de Portugal. Sus habitantes se sumergen en sus tareas cotidianas, la cámara los acompaña discretamente y se detiene en las manos y los rostros de las mujeres que llevan adelante trabajos casi invisibles, que parecen a su vez una forma de sabiduría ancestral en peligro de extinción.
Un grupo de excombatientes comparten una tarde juntos, juegan a las cartas y cantan, pero esas imágenes apacibles colisionan contra el material de archivo de las guerras coloniales que estos hombres pelearon en suelo africano, abriendo una ventana a lo que esos rostros y esas voces cargan en su interior.
La imagen resulta casi espectral. Un laberinto de ramas y raíces emerge de las aguas, y allí un grupo de niños aprende a leer y escribir. Las escuelas montadas en el centro de manglares aparecen en Guinea-Bissau para la década del ’70, en un intento por alejar a los niños de las zonas de conflicto durante los largos años de lucha armada y organización guerrillera que precedieron a su independencia.
Un grupo de mujeres armadas defiende y maneja una refinería de combustible clandestina. El mundo que las rodea parece salido de una película de ciencia ficción postapocalíptica pero es, en realidad, el rabioso presente latiendo en la pantalla.
Ana creció en São Miguel, una pequeña isla en medio del Océano Atlántico. La religión y las tradiciones familiares definen su entorno, pero Ana es joven, tiene un espíritu inquieto e intuye que otra vida por fuera de esos mandatos es posible.
O Trio em Mi Bemol
Adélia y Paul se conocen muy bien. Cada vez que se reúnen hablan sobre el amor, la relación que compartieron y la música que los conmueve, casi como si todas esas cosas fueran en realidad una misma. Pero hay más, porque en un gesto lúdico descubrimos que su historia es parte de una película dentro de la película, de la cual solo estamos presenciando el rodaje.
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