Una de las pocas películas del querido Luigi Cozzi con estreno comercial en nuestro país. Y una película —quizás como toda la filmografía del italiano— algo oportunista.
Iván Bilbao, de 33 años, atraviesa el inmenso pabellón hasta llegar a la última reja del penal. En el regreso a su pueblo, Iván deambula desorientado entre su hogar y la posibilidad de recuperar lo que alguna vez fue.
El protagonista comete un crimen y abandona al hermano, sobre quien cae la sombra de la sospecha, para eludir el castigo. En su fuga conoce por primera vez la emoción de un amor verdadero.
Con la ayuda de tres compinches, un delincuente se escapa de un juzgado para ir a ver a su mejor amigo, que padece una enfermedad terminal. El policía encargado de atraparlo sabe que, además, hay un un botín oculto de por medio.
En la noche de su casamiento un joven atropella a un ciclista. Lo cree muerto, esconde el cuerpo y un misterioso personaje aparece.
Un mundo está hecho de diferentes cosas: personas, casas, perros, comercios, vida nocturna, árboles. Como el de esos fotógrafos de comienzos del siglo XX, este viaje a Colón, Entre Ríos, documenta su presente y construye un retrato único e irrepetible.
Rubén trabaja como guardaespaldas de un ministro argentino. Sigue sus pasos dentro de un mundo que le es ajeno. Si el ministro sale de su auto, Rubén sale del suyo. Si el ministro gira hacia la izquierda, Rubén gira a la izquierda.
Un absurdo choque en la ruta provoca el encuentro entre Freddy Fassano y El Descanso, antiguo hotel de termas de los años ’30, totalmente en ruinas.
Embrujada
Es muy difícil elegir una película favorita del tándem Sarli-Bo, porque en el momento en que uno se decide por un título, le aparecen dos o tres más al instante.
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