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La esquina por la que pasa un colectivo que atraviesa Buenos Aires de pronto puede ser un rincón que queda del otro lado del mundo. Una vieja zona residencial de la ciudad, a pocas cuadras de Barrancas de Belgrano, se transforma en otra cosa. Un arco marca la entrada: falsa puerta imperial, refugio para los emigrados, corredor turístico, intersección de negocios, festejos y peatonal, restaurantes y supermercados. ¿Qué es el Barrio Chino?

Declaración del director
Así como hoy el “Barrio Chino” es un centro turístico que visitan tanto extranjeros como argentinos, Arribeños se propone visitar ese espacio que se ha vuelto simbólico, que crece en importancia para la vida de Buenos Aires. Al recorrer y explorar las pocas cuadras del “Barrio Chino” (pocos metros que concentran un fuerte intercambio cultural), la película busca en dicho espacio, que ya el espectador conoce (o puede conocer fácilmente), ponerlo en duda, llevarlo al frente, bucearlo, dejar de pasear simplemente por esas esquinas como si se paseara por cualquier parte y detenernos a sentir, a analizar, a vivir un rincón de la ciudad que es a la vez negocio y fantasía, comida y paseo familiar, Buenos Aires y Taiwán. Arribeños busca registrar el paso del tiempo en el “Barrio Chino”, el cambio de estaciones, los días, el ‑ujo de gente, las festividades que se celebran en la calle Arribeños, ya que observar y registrar nos acerca a los sincretismos culturales. Buscamos explorar la historia de la inmigración taiwanesa en la Argentina, una historia que lleva ya más de 40 años, con la voz de los inmigrantes e hijos de inmigrantes que llegaron a este país hace muchas décadas y que lo siguen eligiendo como su lugar de pertenencia. Buscamos pintar una imagen global, amplia y matizada, compuesta por diferentes fragmentos, piezas que terminan por encajar una vez que la película se completa en el espectador.