Esta es una de las películas más físicas que ha dado el cine argentino en toda su historia. Esa cualidad es una opción estética que Chen y su equipo trabajaron hasta el virtuosismo y que está justificada porque sus protagonistas son dos hombres marcados por la natación. Desplegando una imaginería inagotable, que por momentos alcanza la abstracción, Chen da sentido a su tema mostrando a los cuerpos como masas mecánicas programadas para repetir movimientos precisos. Tanto en la pileta como en el río, la cámara avanza con ellos, capta la tensión de cada músculo e ingresa en el ritmo de sus pulmones. Los diálogos están reducidos a un mínimo indispensable y, en lugar de un acompañamiento musical tradicional, hay una verdadera partitura de efectos sonoros que sumergen al espectador junto con los protagonistas. Uno arrastra el peso de un pasado difícil. El otro, más joven, se obsesiona con el deporte hasta descuidar sus afectos más inmediatos. Ambos se vinculan primero por accidente pero luego, también, porque el mayor se reconoce en el menor. Y, a su manera, tratará de salvarlo. Texto de FMP.
Agua (Argentina, 2006) de Verónica Chen, c/Rafael Ferro, Nicolás Mateo, Gloria Carrá, Leonora Balcarce, Jimena Anganuzzi, Diego Alonso. 89´.