Buñuel había querido adaptar la novela Cumbres borrascosas desde su época surrealista, entusiasmado sobre todo por la representación del amor según Brontë, una fuerza simultáneamente positiva y negativa, sanadora y destructiva. Logró hacerla finalmente en México, apartándose completamente de las connotaciones románticas de las versiones previas. Alejandro y Catalina se aman a pesar de todo y contra todos (“Lo quiero más que a la salvación de mi alma”, dice ella), lo que genera alrededor de ambos un marasmo tremendo y arrasador. El resultado es uno de los más grandes melodramas del cine latinoamericano pero el final, alucinatorio y necrófilo, llega a donde nadie había llegado antes y muy pocos se atrevieron después: una verdadera profanación.
Abismos de pasión (México, 1953) de Luis Buñuel, c/Jorge Mistral, Irasema Dilian, Lilia Prado, Luis Aceves Castañeda, Ernesto Alonso, Hortensia Santoveña, Francisco Reiguera, Jaime González Quiñones. 89'.