La muerte es un tren que se acerca en este clásico western de suspenso que permitió a Gary Cooper ganar un Oscar por mejor actor. Bajo la superficie de su anécdota circulaba además una amarga alegoría sobre el macartismo que se había desatado en toda Norteamérica desde algún tiempo antes. De hecho, su guionista y coproductor, Carl Foreman, fue una de sus víctimas y debió marchar al exilio. La canción de Dimitri Tiomkin, que en el film interpreta Tex Ritter, se transformó en un hit mundial en la versión de Frankie Laine.
“Su historia exterior es la de un western, donde el sheriff Gary Cooper debe enfrentar al maleante que se aproxima al pueblo (Ian MacDonald), pero esa lucha final es la culminación de un cuadro dramático local, que es realmente la sustancia del asunto. Una descripción de caracteres y disculpas, narrada con gran economía de diálogos, es no sólo el centro del film sino también, acumulativamente, un factor de suspenso que anuncia como más peligrosa la lucha final. Al fondo del film, y como contraste a la completa objetividad de la narración, es un efecto poético el que importa, la insinuada parábola del Hombre frente a la Muerte o al Destino, privado de la ayuda de sus semejantes, aun cuando éstos puedan representar al amor, a la amistad, a la prudencia o al valor. Se trata de un film singular y hermoso, que pocos críticos supieron apreciar en su momento”. Texto de HAT extraído de sus Obras incompletas (INCAA, Buenos Aires, 2009-2013), edición de Álvaro Buela, Elvio E. Gandolfo y Fernando Martín Peña. 22 de agosto 1957.
A la hora señalada (High Noon, EUA-1952) de Fred Zinnemann, c/Gary Cooper, Grace Kelly, Thomas Mitchell, Lloyd Bridges, Katy Jurado, Otto Kruger. 85’.