Distintos mapas dan cuenta de la complejidad cultural y política que condensa el término América Latina. Una denominación que se consolida a mediados del siglo XIX y que contesta la perspectiva panamericanista de unidad continental. La idea de América Latina considera el mapa que la colonización española y portuguesa trazó desde el sur del río Grande hasta el cabo de Hornos, incluido el Caribe hispano y francoparlante. En el término también subyace la solidaridad continental opuesta a la explotación neocolonial. La lengua, la religión y las instituciones son el andamiaje de este mapa que, sin embargo, no es el único. Los procesos de independencia que en forma preponderante protagonizaron hijos de españoles nacidos en el Nuevo Mundo gestaron los de las repúblicas. Repúblicas que, tanto como la colonia, buscaron integrar o erradicar las poblaciones de la América indígena. El mapa de la diáspora que estuvo signada por la esclavitud inscribió a África en América. Y, aunque en otra dimensión, también, desde el siglo XIX, a China.
Las poéticas de la modernidad han activado representaciones que exaltan sus distintos componentes. En ellas se cuestionan y redefinen, en forma constante, mapas posibles que activan relaciones culturales múltiples: con Europa, con el pasado prehispánico, con los tiempos de la colonia, con las gestas de la independencia, con el presente indígena y afrolatino. Incluso con el de Asia. Este ensayo aborda dichas complejidades. Las representaciones y las conceptualizaciones en torno a América Latina decantaron en programas pluridimensionales que tramaron su riqueza y sus contradicciones. Programas que solo se entienden, en palabras de Édouard Glissant, en relación. Las palabras, los términos clave, son importantes.
En lugar de centrarnos en las nociones que desde una perspectiva eurocéntrica tradicionalmente ordenaron las producciones latinoamericanas (impresionismo, cubismo, futurismo, dadaísmo, surrealismo, entre otras), activamos aquellas que dieron nombre a los proyectos que los propios artistas formularon cuando crearon sus programas estéticos distintivos (universalismo constructivo, muralismo, antropofagia, negritud, indigenismo, arte concreto, Madí, perceptismo, neoconcretismo, entre otros). Son términos que remiten a ideas pero también a formas de entender las maneras en las que la historia ha sido vivida en América Latina. En tal sentido, más que los sustantivos, nos interesan los verbos. Aquellas palabras que remiten al fluir de la vida de los hombres: trabajar, viajar, manifestar, escribir, imaginar, resistir, cartografiar, crear.
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Fragmento del ensayo "Todas las partes del mundo", publicado en el catálogo que acompaña a Verboamérica, nueva exposición de la colección permanente de MALBA.