Fue un doble asombro el estreno de este film, en primer lugar porque en muchos países de este lado del mundo jamás se había visto en salas una película japonesa. Rashomon fue, a partir de su repercusión en festivales internacionales, la responsable de abrir el mercado occidental al cine nipón. Pero en segundo lugar -y de manera más trascendente- Rashomon fue un film que desafió tempranamente el clasicismo narrativo imperante al presentar múltiples puntos de vista para una misma situación. No se trata aquí, como en El ciudadano, de opiniones contrapuestas sobre el carácter de una persona sino versiones discordantes sobre un crimen, que se narran tal como las sostienen los protagonistas, con las verdades y las mentiras desplegadas en un mismo plano representativo. Kurosawa llevaba varios años trabajando en la industria y este film fue culminación, pero sólo fue la primera de muchas obras maestras que vendrían después.
Rashomon (Japón-1950) de Akira Kurosawa, c/Toshiro Mifune, Machiko Kyo, Masayuki Mori, Takashi Shimura, Minoru Chiaki, Kichijiro Ueda. 88’.
Imagen © Kadokawa Corporation 1950.