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2017

Guernica es, por diversas razones, la gran pintura del siglo XX. Es la que recuerda los capítulos más vergonzantes de la historia reciente y es la que se levanta, como imagen dramática y memoriosa ante las nuevas violencias contemporáneas. Consagrada hasta el extremo, constituye hoy un lugar de peregrinación. Todos recuerdan cuando vieron la obra por primera vez, suman anécdotas a la historia del cuadro, la incluyen en sus itinerarios de turismo cultural. Se trata de una imagen extrema, poderosa, que sigue convocando interpretaciones y que funciona, en su totalidad, como un lugar de meditación.

Esta conferencia se detiene en un aspecto hasta ahora no explorado desde la historia y la teoría del arte: el impacto de Guernica en el arte de América latina. Su presencia se manifestó en distintos formatos. Por un lado, la excepcional presentación de la pintura misma, física, real, en la II bienal de Sao Paulo, donde se incluyó en una retrospectiva de Picasso. Sin embargo, la marca de la pintura no provino sólo de su movilidad. También debe considerarse el deseo de emulación que provocó en artistas como José Clemente Orozco, Wifredo Lam, Lasar Segall o Candido Portinari. Paralelo al anhelo de equiparar con una nueva obra la fuerza deslumbrante del cuadro, otros artistas, como Beatriz González, directamente se apropiaron de mismo. La conferencia seguirá estas articulaciones como tres capítulos centrales en la historia de una obra cuya centralidad ya no radica tan solo en su fisicalidad, sino también en la historia de sus itinerarios y apropiaciones: poseer la pintura no implica tener el objeto, sino también escribir, sin cesar, sus múltiples usos y significados.