MALBA - Fundación Costantini continúa con su programa Contemporáneo, dedicado al arte actual, local y regional. En esta nueva edición, se presentan tres videoinstalaciones del artista argentino Miguel Ángel Ríos (Catamarca, 1953), que desde mediados de los años 70 vive entre México y Nueva York.
Se incluyen los videos White Suit (Traje blanco, 2008), On the Edge (En el filo, 2005) y Neither Color, Nor Height (Ni el color, ni la estatura, 2001), con el popular fútbol de Pelé y Maradona. Todas piezas relacionadas con las tradiciones y el folklore de diferentes pueblos latinoamericanos, como metáforas del racismo, el poder y la violencia.
También se exhibe una selección de 15 dibujos y cuatro grandes fotografías, que muestran el proceso de producción de cada sus videos. A su vez, durante el mes de septiembre, malba.cine proyectará en el auditorio el documental Fuego amigo, de Miguel Ángel Ríos, que registra el detrás de escena de su investigación sobre el juego de los trompos en el pueblo de Tepoztlan (México), fuente creativa de varios de sus trabajos.
On the Edge
Un conjunto de trompos blancos y negros son los protagonistas de la pieza On the Edge. Grabados desde el piso, parecen danzar numerosos y compactos, hasta que aparecen violentamente otros y la atmósfera se carga de violencia. El punto de vista del video permite al observador estar dentro del juego, en el campo atacado. Ríos reclama del espectador una disponibilidad infantil para el juego y enseguida lo sorprende en un estado de concientización política. Proyectado en dos pantallas sincronizadas, las imágenes de invasión y fuga refuerzan la idea de amenaza y ocupación.
Neither Color, Nor Height
En la videoinstalación Neither Color, Nor Height, Ríos vuelve a jugar: esta vez lo hace cambiando el color de las camisetas de los dos máximos héroes deportivos de Brasil y Argentina, Pelé y Maradona. En este video, Ríos también emplea el elemento sorpresa para dejar perplejo (fuera de juego) al espectador (a la hinchada).
White Suit
En la videoinstalación White Suit, vemos a un hombre vestido con un elegante traje blanco que realiza un baile con una boleadora en cada mano y se enfrenta a unos agresivos perros de la calle. La situación se vuelve tensa cuando el espectador descubre que las bolas que hacen percusión contra el suelo son de carne cruda. El trabajo de Miguel Ángel Ríos está fundado en el estudio de las metáforas que suscitan ciertos juegos o performances culturales fuertemente arraigadas en las colectividades, en el pueblo.
Nació en 1943 en San José Norte, Santa María, provincia de Catamarca. Se trasladó a Buenos Aires en 1958, donde cursó estudios en la Escuela Manuel Belgrano y luego en la Escuela Prilidiano Pueyrredón, donde se graduó de Profesor de Artes Visuales, con especialización en Pintura. A partir de 1966, se dedicó a recorrer el Norte Argentino y dictó cursos en La Rioja, Salta y Tucumán, en la Universidad Nacional de Arte.
En 1976, como consecuencia de la situación política argentina y luego de haber estado detenido en Coordinación Federal, se exilia en EE.UU. y establece su estudio en Manhattan. El ambiente cultural de la gran ciudad impacta en su trabajo artístico. En 1978 viaja a México y descubre una realidad social, un espacio y una luz similares a los del Norte argentino. En 1979 viaja a Tokio, Japón, y al año siguiente concreta en la Galería Ueda su primera muestra individual importante: Así en la Tierra como en el Cielo, con una serie de pinturas realizadas en Nueva York. A partir de 1981 recorre México, hasta que en 1985 se establece en Oaxaca, donde produce su serie relacionada con la tierra. Luego se traslada a México DF y a partir de entonces alterna su actividad entre México y Nueva York.
En agosto de 1992 muestra por primera vez la instalación Huellas del Colonizaje, en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. En 1995-1996 la presenta en la II Bienal del Barro de América, en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imbert. A continuación, recorre durante un mes distintos lugares del Amazonas y, al regresar a su estudio de Nueva York, comienza a trabajar con mapas coloniales del continente americano, serie que llamará Crítica postcolonial a través de los mapas. En 1991, conmovido por las imágenes televisivas de la Guerra del Golfo, realiza trabajos con cartones y cajas de Fedex que recoge de la basura, con las que elabora su serie de mapas estratégicos. En 1994 participa en la muestra Mapping, curada por Rober Storr, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York; y en Trade, Roots and Testimonies, curada por Marsha Tucker en el New Museum de la misma ciudad, donde exhibe un gigantesco mapa de kipus sobre lenguas y religiones de América.
Alrededor de 1998-1999, acentúa en sus trabajos la toma de consciencia hacia el arte político y trabaja sobre la identidad, el territorio y los conflictos de fronteras. Entre 1994 y 2000, participa con instalaciones monumentales en importantes exposiciones y bienales de arte como la VI Bienal de La Habana (1997) y la Bienal de Kwangju, Corea del Sur (2000). A partir de entonces, decide terminar con la serie de los mapas para comenzar a trabajar con ideas de video y de sonido. En 2001 produce el díptico videoinstalación Ni el color ni la estatura, a partir de imágenes filmadas de Pelé y Maradona. Luego comienza la investigación y las experiencias con plantas alucinógenas de Latinoamérica. Atraído por los juegos populares de Latinoamérica, realiza una gran serie de videos con proyecciones sincronizadas referida a metáforas sobre la violencia, la superpoblación y el territorio. La concluye con el documental Fuego amigo.
En el último lustro, las obras de Miguel Ángel Ríos se presentaron en numerosos e importantes espacios de arte del mundo. Actualmente, trabaja en nuevos proyectos de video y sonido: en Bogotá sobre el tejo, juego nacional de Colombia; y en los valles calchaquíes del Norte Argentino, sobre los sonidos del eco.