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Este es el más moderno del extraordinario ciclo policial que Siodmak filmó entre 1944 y 1950. En parte por el uso sistemático de locaciones reales, siguiendo una tendencia de inspiración neorrealista, pero sobre todo por el espesor que proporciona a las caracterizaciones, tanto centrales como secundarias. Todos los personajes importan y tienen algo que decir, para lo cual cada escena dura algo más de lo que sería necesario en un film rigurosamente clásico. Siodmak proporciona así un aire a la trama, un contexto social, y también una dimensión moral que es la que llena de sentido la confrontación entre los dos formidables protagonistas. A lo mejor y más retorcido del género pertenece el personaje de la gigantesca (en todo sentido) Hope Emerson.