Para la historia del concepto de autonomía del arte –como para tantas otras ideas fundantes del arte moderno– es imposible determinar la posición exacta de Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832). Su ubicuidad y su desubicación siempre fueron igual de proverbiales, y ya sus contemporáneos tuvieron notorias dificultades para encasillarlo y categorizarlo (excepción hecha de Schiller, que a tal efecto elaboró la bella taxonomía de poetas sentimentales e ingenuos). Para empezar, digamos que era raro que una Corte alemana de la época convocara oficialmente a un autor connacional, y más raro aun que un joven escritor plebeyo y rebelde aceptara la convocatoria. Pero ambas cosas sucedieron, y Goethe, a la sazón el autor del polémico Werther (1774), se instaló como consejero áulico en Weimar. Tras unos primeros años intensamente ocupados con asignaciones oficiales, el punto de inflexión será el viaje –en clave de fuga– a Italia, donde entrará en contacto con las obras clásicas greco-romanas y con artistas y pensadores que lo iluminarán, en especial los pintores conocidos como Deutschrömer (“germano-romanos”) y sobre todo, con K. P. Moritz, de quien con el tiempo se irá distanciando. Desde este viaje en adelante, tradicionalmente se ha considerado que es legítimo reconocer un vuelco en la biografía goetheana: el apasionado artista del Sturm und Drang –que en el fondo tenía bastante de ilustrado– desaparece por completo a manos de un autoproclamado homo universalis, y en torno de esta figura del humanista remozado comenzaría la etapa dada en llamar “clasicismo” (aun cuando el término “clásico” al propio Goethe no le agradara demasiado). Para nuestra historia del concepto de autonomía del arte, en cambio, la transición no sería tan violenta: Goethe pasa de exaltar la categoría de la genialidad desaforada a postular la de una fuerza productiva que se expresa en los verdaderos artistas, que por esencia no son ni unilaterales ni extremos, pero que siguen siendo la encarnación de un don natural, un don que se va formando hasta florecer por completo.
–Fragmento extraído del libro Autonomía del arte y autonomía estética. Una genealogía. El seminario El romanticismo alemán. Un panorama crítico, a cargo de Burello, comienza el jueves 20 de abril.
Seminario
El Romanticismo Alemán
Un panorama crítico
Goethe, Novalis, Schiller, Hölderlin, Kleist, Hnos. Grimm, entre otros
Por Marcelo G. Burello
Módulo 1: jueves 20, 27 de abril, 4 y 11 de mayo
Módulo 2: jueves 18 de mayo, 1, 8, 15 de junio
10:30–12:00. Biblioteca