La novela es el primer género escrito, fruto de una época libresca, en la que hasta la religión se iba a fijar en libros dogmáticos. Género tardío, posterior a la épica y a la tragedia [el período creador de la tragedia se limita a la escena de la democracia ateniense del siglo V aC, con unas condiciones histórico-políticas que la hacen irrepetible], que aparece en el siglo II aC y persiste hasta el III dC (cinco siglos).
Fue un género nuevo para un público nuevo, de pretensiones modestas y sin dignidad literaria, cuya función era distraer y emocionar. Estaba dirigida a un lector aislado, solitario (con la novela nace no sólo “la soledad del lector” sino también de la lectora: las grandes destinatarias de las novelas, entre cuyos protagonistas siempre hay una mujer, eran las mujeres, que, debido a su condición, no habían podido participar del teatro y de los espectáculos públicos) y ocioso, un sujeto nuevo, distinto del auditor de los poemas épicos, del espectador de la tragedia o la comedia y del círculo de alumnos de los filósofos.
El destinatario de la novela griega (de temas amorosos, en países lejanos o en ambientes bucólicos) era el ignobile vulgus o el profanus vulgus (Horacio), un público medio, burgués, medianamente ilustrado. El público de la novela latina (Petronio, Apuleyo) es diferente: es un público lo suficientemente refinado como para apreciar la sátira de la sociedad romana de la época y la parodia de la novela sentimental. El antecedente de la novela son las fábulas milesias: breves narraciones realistas y cómicas de trasfondo erótico o aventurero, narradas en primera persona, en estilo coloquial. También la novela está influenciada por el teatro de Eurípides, con su atención a los matices pasionales del amor y las intrigas románticas y melodramáticas.
Mientras que en la épica y en la tragedia sólo las grandes figuras históricas podían ocupar el primer plano de la escena, en la novela hay sitio para los tipos medios y los sentimientos corrientes.
El siglo de oro de la novela antigua fue el II dC.
Babilónicas de Jámblico: mediados siglo II dC.
Dafnis y Cloe de Longo: fines siglo II-comienzos siglo III dC.
Etiópicas de Heliodoro: siglo III dC.
El asno de oro de Apuleyo: siglo II dC.
–Novela griega: sentimental, seria, solemne, bucólica, de temática amorosa. La novela griega es en cierta manera un antecedente del roman courtois (la novela cortesana, de temática italiana o inglesa, en verso o en prosa, en las que caballeros disputaban por sus damas) medieval (el Roman de la rose, en verso, siglo XIII, del que Dante va a escribir una parodia: Il fiore), hermano de la novela de caballerías (Lancelot, de Chrétien de Troyes, Orlando furioso, de Ariosto, Jerusalén liberada, de Torcuato Tasso, Amadís de Gaula).
–Novela latina (Satiricón y El asno de oro): novelas que no toman en serio los ideales morales ni el carácter idealizante de la novela amorosa griega, sino que contienen vetas de índole paródica picaresca.
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Estas notas preparatorias son parte de los materiales preparados por el escritor Mariano Dupont para el curso Modos de narrar. De Gilgamesh a nuestros días, que comienza el viernes 13 de septiembre.
Curso
Modos de narrar
De Gilgamesh a nuestros días
¿Qué es narrar? ¿Qué es representar? ¿Cómo fueron, a lo largo de la historia, los modos a través de los cuales se narró y se representó la realidad? Y, por su lado, ¿cuáles fueron los hechos históricos y sociales que configuraron esos mismos modos de narrar y representar?
Por Mariano Dupont
Viernes 13 y 20 de septiembre y 4 y 11 de octubre de 18:30 a 20:30. Biblioteca