Si los filmes se midieran en términos de risas por minuto habría que decir que Mercano es una de las películas más divertidas que dio el cine argentino en mucho tiempo. No necesariamente a causa de la historia —que circula por carriles más o menos habituales para un relato de aventuras animadas—, sino por las observaciones, comentarios, pequeñas situaciones y diálogos que remiten todo el tiempo a la realidad cotidiana aún en medio de la más absurda de las contingencias. Un poco inspirada en el humor de programas de televisión como Todo x 2 pesos o Cha cha chá —¿recuerdan el Batman de Alfredo Casero, con problemas sindicales y traje demasiado ajustado? Bueno, algo parecido—, Mercano divierte con el choque de opuestos entre el filme de género y el prototipo de barrio. Fragmento de un texto de Diego Lerer.
Mercano, el marciano (Argentina-2002) de Juan Antin. Largometraje de animación. 75’.