En consideración a la marcha convocada por los organismos de derechos humanos para el miércoles 10 de mayo a las 18:00, desde MALBA suspendemos la conferencia del Premio Nobel J.M.Coetzee prevista para el mismo día a las 19:00. "Compartiendo los ideales de Pen Argentina, he decidido cancelar mi presentación en el museo", explica Coetzee y añade un fragmento de su novela Esperando a los bárbaros, que iba a leer mañana: "El aire está lleno de gritos y susurros. Nunca desaparecen: si se escucha con atención, con el oído bien predispuesto, se pueden oír sus ecos resonando eternamente en la segunda esfera. Por la noche es mejor: a veces, cuando resulta difícil conciliar el sueño, es porque han llegado hasta los oídos los lamentos de los muertos…"
Con el apoyo de Mecenazgo Cultural. Buenos Aires Ciudad.
Ciudad del Cabo, Sudáfrica, 1940
Es traductor, lingüista, crítico literario y sin duda, uno de los escritores más importantes de los últimos tiempos, y de los más premiados. Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 2003 y en dos ocasiones le fue concedido el Booker Prize, el premio más prestigioso de la literatura en lengua inglesa.
Sobre este libro, ha escrito Marcelo Cohen, en la introducción: “Si Pavese tenía razón, si todo auténtico escritor es espléndidamente monótono, cada esplendor pide indagar en qué radica su monotonía. John Coetzee, un escritor de imaginación nada restringida, es pródigo en recursos, en tratamientos, y discreto en usarlos. Lo espléndidamente monótono en estos tres argumentos diversos, escritos en momentos muy diferentes, es la agudeza de la percepción, la suficiencia de las descripciones, la atención a la materia y sus mecanismos, la escritura flemática que solo a veces trasluce cierta ironía y aborrece del alarde persuasivo, del sarcasmo y la falsa piedad, pero no del arranque de amor o de cólera. La lengua de Coetzee es un ojo indefectible para la fatalidad, la realimentación de la desdicha, la dañina ridiculez del deseo de dominio (de los demás, de sí mismo) la inventiva de algunos humanos para la conquista, la terca buena voluntad de algunos otros, el literal escepticismo de los desvelados, pero también para la atención y el desprendimiento”.