El historiador cultural mexicano Antonio Saborit brindará una conferencia magistral sobre la figura del caricaturista, editor, galerista y escritor mexicano Marius de Zayas (Veracruz, 1880-Stamford, 1961). Su vida y su obra revolucionaria ocupan el centro de uno de los capítulos más enigmáticos y menos conocidos de la historia del arte moderno: la forma en que De Zayas llevó, por primera vez, a diversos espacios de exhibición de Nueva York, la obra de grandes figuras como Francis Picabia, Pablo Picasso y Diego Rivera, entre muchos otros artistas.
Director del Museo Nacional de Antropología de la ciudad de Mexico desde 2013, Antonio Saborit trabajó varios años en la recopilación, traducción y edición de la obra de Marius de Zayas, compilada en los libros Un nuevo punto de vista sobre la evolución del arte moderno (BFE, 1997); Cómo, cuándo y por qué el arte moderno llegó a Nueva York (DGE El Equilibrista / UNAM, 2005); Crónicas y ensayos. Nueva York y París, 1909-1911 (DGE El Equilibrista / UNAM, 2008), antesala de la biografía en cuya escritura trabaja actualmente. Esta es la primera ocasión que el Dr. Saborit dicta una conferencia magistral en la Argentina.
Actividad presencial gratuita. Será transmitida además en vivo por el canal de Youtube de Malba.
Organizada en colaboración con
Lunes 14 de febrero a las 19:00
Prensa y vanguardia. El campo literario en los tiempos modernos
Conversación con la Dra. Sylvia Saítta, directora del Archivo Histórico de Revistas Argentinas
Auditorio del Rectorado de la Universidad Nacional 3 de febrero
Juncal 1319
Miércoles 16 de febrero a las 19:00
Presentación del libro Poesía y policía
De Robert Darnton, publicado por Capital Intelectual
Presentan: Antonio Saborit y Martín Albornoz
Librería del Fondo y Centro Cultural "Arnaldo Orfila Reynal"
Costa Rica 4568
Veracruz, 1880. Realizó la mayor parte de su obra fuera de México, de cuya capital salió rumbo a la ciudad de Nueva York en 1907. Allá continuó en un principio su carrera como caricaturista, en el diario The World, al tiempo que colaboraba con cartones en la revista Stageland, con crónicas y cartones en América (1909-1911), revista dirigida por su padre, Rafael de Zayas Enríquez, y tras exponer un par de veces en The Little Galleries of the Photo-Secession, el espacio fundado por el fotógrafo Alfred Stieglitz, vivió en París entre octubre de 1910 y septiembre de 1911, sin romper sus nuevos lazos laborales con Nueva York.
En París conoció y se identificó con las tareas e indagaciones de Guillaume Apollinaire, Francis Picabia, Pablo Picasso, Alberto Savinio, Ambroise Vollard y Paul Guillaume, entre otros, al grado de involucrarse con ellos en una gran variedad de proyectos creativos y expositivos. Al volver a Nueva York, y sin abandonar sus tareas como caricaturista, se sumó a la edición y producción de la revista Camera Work y al equipo de trabajo de Stieglitz en la galería, transformándolos en poderosos imanes del arte moderno. Echó a andar una nueva publicación, 291 (1914-1915), y poco después fundó y dirigió la Modern Gallery, en donde expuso obras de Paul Cézanne, Vincent van Gogh, Diego Rivera, André Derain, Paul Strand, Charles Sheeler y Morton Schamberg, entre otros.
En 1916, en el marco de una exposición de arte africano en Modern Gallery, dio a la imprenta su ensayo African Negro Art. Its Influence on Modern Art. Al cierre de Modern Gallery, abrió una segunda sala de exposiciones y ventas, De Zayas Gallery, la cual cerró en 1921. Durante la tercera década del siglo XX fue el curador de la exposición de Picasso en Whitney Studio, así como de tres grandes exposiciones itinerantes de arte moderno, y hacia el final de ese mismo decenio se fue a vivir a Rivoiranche, al sur de Grenoble, en compañía de su mujer, Virginia Harrison. Al pie de los Alpes encontró una manera de estar en la vida sin estar necesariamente en el mundo. Ahondó en sus estudios sobre la cultura española, en general, y la música flamenca, en particular, los cuales interrumpieron la guerra civil española y la Segunda Guerra mundial.
En 1947 regresó a vivir a Estados Unidos y poco después se puso a trabajar en las páginas de sus memorias profesionales: Cómo, cuándo y por qué el arte moderno llegó a Nueva York. Escrita en forma de carta, y dirigida al legendario fundador del Museum of Modern Art de Nueva York, Alfred H. Barr, Jr., esta obra entrega una puntual relación de voces y hechos, y pone al descubierto las esperanzas y sinsabores de un puñado de artistas y escritores frente al vitalismo apasionante de la gran aventura de las vanguardias. Marius de Zayas murió el 10 de enero de 1961 en Stamford, Connecticut.
Torreón, Coahuila, 1957. Realizó estudios de cine, literatura e historia en la Universidad Nacional Autónoma de México y en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Ha traducido a Robert Gittings, D. S. Mirsky, Nicola Chiaromonte, David Brading, Immanuel Wallerstein, Charles A. Hale, Robert Darnton, Jane Ellen Harrison y Christian Feest, entre otros. Es autor de Los doblados de Tomóchic. Un episodio de historia y literatura (1994), Una mujer sin país. Las catas de Tina Modotti a Edward Weston y otros papeles personales 1921-1931 (1992, 2001), Una visita a Marius de Zayas (2005), El virrey y el capellán. Revilla Gigedo, Alzate y el censo de 1790 (2017), así como de numerosos ensayos sobre historia de la prensa, historia de la literatura y la historia cultural, centrados en las comunidades letradas de la historia moderna de México.
Trabajó varios años en la recopilación, traducción y edición de la obra de Marius de Zayas, resuelta hasta el momento en estos títulos: Un nuevo punto de vista sobre la evolución del arte moderno, Cómo, cuándo y por qué el arte moderno llegó a Nueva York, Crónicas y ensayos. Nueva York y París, 1909-1911, antesala de la biografía en cuya escritura trabaja actualmente. Es director del Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México.
Imagen: Alfred Stieglitz. Retrato de Marius de Zayas, 1915. Platinotipo. National Gallery of Art, Washington.
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Marius de Zayas es nombre y es obra
Su nombre es parte de la leyenda sin fin que habitan desde entonces los artistas y escritores de ese tiempo, tan fuera de lo común que en verdad resultan excepcionales.
Por Antonio Saborit