Este es el film más auténticamente psicotrónico que le tocó protagonizar a Leblanc. La trama es múltiple. La diva está casada con Francisco de Paula, que es director de cine y está filmando una película indescifrable, alternando mujeres sensuales y malambo. Después hay una intriga romántica, con una carta de amor anónima que seduce a Libertad y la empuja a engañar a su marido en la tenaz búsqueda del autor. Y aún después hay unos crímenes en el estudio de cine, que al parecer son obra del marido y se deben a traumas infantiles al estilo, digamos, de Peeping Tom (Michael Powell-1960). Se podría decir que el final es inesperado, pero eso también aplica a casi todo lo que ocurre en el film, incluyendo "la mano que aprieta", el mecanismo con el cual el asesino estruja a sus víctimas. No tuvo estreno comercial en Argentina -aunque se pasó por TV- e incluye un par de escenas softcore. El director Kanaf tenía un prestigio merecido por haber producido los dos primeros films de Lautaro Murúa, Shunko y Alias Gardelito. Se exhibe copia completa, rescatada de oscuros tugurios por el crítico Marcos Vieytes. Texto de Fernando Martín Peña.
Título: El derecho de gozar
Año: 1968
Duración: 82’
País: Argentina
Dirección: Leo Kanaf
Producción: Leo Kanaf
Elenco: Libertad Leblanc, Francisco De Paula, Ricardo Bauleo, Fidel Pintos, Fernando Borel, José María Gutiérrez.