El mejor film noir cristalizó un conflicto esencial y no lo resolvió nunca: en un solo gesto puso en relación la carga crítica del realismo de posguerra junto a la estilización violenta traída de la vanguardia más retorcida. Así logró, principalmente desde la clase B, que el onirismo de Hollywood se convirtiera en una pesadilla maliciosa. El demonio de la noche es la más ignota de las obras maestras de esta sed de mal. Al estilo documental para retratar una investigación policial se le adosan los más brutales delirios del claroscuro; el resultado es un monstruo bicéfalo que sale desde el averno para devorar toda certeza. Los créditos dicen que dirige solo un tal Werker, pero no crean lo que leen. El verdadero autor es Anthony Mann y es fácil demostrarlo: El demonio de la noche nace de su relación bien establecida con John Alton, el virtuoso fotógrafo húngaro, que colaboró con Mann en media docena de películas. Varios momentos son coreografías perfectas de sombras y luces, como la secuencia underground del final que prefigura a El tercer hombre. Texto de Diego Trerotola.
EL DEMONIO DE LA NOCHE (He Walked By Night, EUA, 1948) de Alfred Werker y (sin figurar) Anthony Mann, c/Richard Basehart, Scott Brady, Roy Roberts, Whit Bissell, Jack Webb. 79'.