¿Qué puede saber un país que ignora que al año siguiente entrará en crisis? Gombrowicz, la Argentina y yo es un documento extraño sobre este país que, parafraseando a Fernando Rosso, cambia cada dos minutos pero después de veinte años sigue siendo el mismo.
Ensayo, experimentación, documento de registro, la película de Fischerman es casi tan rara como leer a Gombrowicz.
En la variada y extensa filmografía de Volker Schlondörff hay una constante, y es la de buscar el material para sus películas en obras literarias consagradas (y no tanto). La lista de autores cuyas que adaptó es impresionante e incluye a Robert Musil, Marcel Proust, James Hadley Chase, Marguerite Yourcenar, Henry James, Margaret Atwood, Heinrich Böll. Y por supuesto a Günter Grass.
Con un blanco y negro que muchos tacharían de jarmuschiano, la sana intención de ocultar los esfuerzos y la ausencia de un verdadero presupuesto, lo que brilla aquí es un guión a prueba de balas, cuya certeza radica en el elemento clave que muchos realizadores dejan de lado: los personajes.
La novela de Chandler había sido adaptada en 1942 (como The Falcon Takes Over) y en 1944 (como Murder, My Sweet), pero en 1975 apareció sorpresivamente esta tercera versión que puede considerarse definitiva.
Troisi, heredero legítimo de la tradición teatral napolitana de los De Filippo y de la Commedia dell’Arte y mucho más atrás de las formas teatrales –junto con las sicilianas– más antiguas de que se tengan memoria, debutó como director con este film.
Madrid y casi todo el mapa de una España en guerra surgen en el clásico documental del francés Fréderic Rossif. La voz en off describe de manera austera cuestiones bélicas, territorios a ocupar, batallas ganadas y perdidas, estrategias militares, la colaboración recibida “desde afuera” para los bandos en pugna.
Esta ópera prima registró con dolorosa fidelidad el estado de ánimo de una juventud que había atravesado el peronismo, el golpe de 1955 y la posterior decepción que supuso el gobierno de Frondizi.
El agua de Los inundados es agua de río, de un río cotidiano del litoral argentino que es todo menos paisaje estético, en cuyas costas viven varias familias de escasos recursos que deben trasladarse luego de una crecida.
Ferrara y su guionista Nicholas St. John crearon el personaje de Christopher Walken como un monstruo urbano contemporáneo, ávido de poder y vicios, pero dominado al mismo tiempo por ambiciones mesiánicas.
W. el polaco
Por vez única se proyectará un adelanto de W, el polaco, la película secreta que el Congreso Gombrowicz está realizando sobre Gombrowicz.
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