Alfred Métraux [Lausanne, 1902 – París, 1963] es autor de una destacada obra etnográfica que incluye docenas de artículos sobre indígenas americanos y varios libros en los que se intersectan el saber etnográfico con preguntas e hipótesis acerca del universo cultural americano. Métraux cultivó vínculos con numerosos científicos y escritores de todo el mundo, aunque podríamos situar su labor en un eje transatlántico que articuló un diálogo entre investigadores europeos y americanos. Entre los primeros, cabe mencionar a los profesores Erland Nordenskiöld y Eric Boman, ambos investigadores suecos que recorrieron Sudamérica como parte de la expedición sueca de 1901-1903 y dejaron un legado sobre los estudios arqueológicos y las teorías etnográficas que se debatían en la Argentina.
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El interés de los etnógrafos europeos permite reconstruir redes de intercambio de conocimiento y cultura material en las que museos y científicos construyeron comunidades epistémicas y el mundo indígena adquirió un valor creciente. Los objetos reunidos en las expediciones quedan como testimonio de la tarea de investigación y descripción que asignó un nuevo valor al mundo indígena sudamericano.
Jean Babelon, Georges Bataille y Alfred Métraux. L’Art Precolombien, 1929.
Métraux también trabajó con Marcel Mauss cuyos cursos recomendó a Georges Bataille, con quien compartiría espacios y trabajos. […] Un año antes, en 1928, Georges-Henri Rivière y Métraux curaron en el Museo del Louvre la primera exposición de arte americano realizada en el Viejo Mundo, Les Arts Anciens de l’Amérique, donde reunieron más de 1.200 objetos americanos. La exhibición tuvo un impacto significativo y fue visitada por numerosos escritores y artistas latinoamericanos, como Oliverio Girondo y Joaquín Torres García. Para su realización contribuyeron gobiernos como el de México y coleccionistas privados, como André Breton. Esa exposición no solo dejó una huella indeleble en las vanguardias europeas, sino que marcó también un hito en el tráfico de objetos y la concentración de elementos de la cultura material americana en depósitos del Viejo Mundo. Asimismo, permite reconocer la posición fronteriza de Métraux como etnógrafo y curador de una exposición de arte.
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Me interesa destacar aquí no solo las redes personales sino los cruces interdisciplinarios que estas relaciones permiten vislumbrar y sus efectos en la producción de conocimiento. La antropología, tanto en la obra de Métraux como en la de otros investigadores interesados en la cultura amerindia, como Aby Warburg, ocupó en la primera mitad del siglo XX un lugar desestabilizador de las fronteras disciplinarias y nos permite reconocer los efectos de las redes culturales sobre la organización del conocimiento y la movilidad de conceptos, objetos y campos del saber (Didi-Huberman; Gombrich).
Este interés por el mundo amerindio alimentó también un importante tráfico de cultura material en el que participaron los mismos actores. En un momento en el que nuevas ciencias comenzaban a establecerse, a definir sus paradigmas y campos de investigación, los contactos personales fueron decisivos para recortar e inscribir las fronteras disciplinarias, así como para abastecer colecciones como la del entonces Musée du Trocadéro, luego Musée de l’Homme y hoy Musée du Quai Branly de París, que alberga un heterogéneo patrimonio de objetos saqueados en todo el mundo y reunidos en acervos de museos metropolitanos –predominantemente europeos– y también americanos.
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Alfred Métraux en 1939 en Villa Ocampo, San Isidro, Argentina.
Junto a él, Alfredo González Garaño, María Rosa Oliver y Roger Caillois.
Además de sus relaciones con el mundo científico propiamente dicho, Métraux tuvo un activo intercambio epistolar y desarrolló una extensa red de interlocutores, que incluye a escritores y artistas como María Rosa Oliver, Victoria Ocampo y los miembros de la revista Sur –Edgardo Krebs ha señalado que Métraux fue no solo un etnógrafo próximo al grupo, sino “el etnógrafo residente en Sur”–. Georges Bataille y los miembros del Collège de Sociologie, con quienes compartió intereses, posiciones políticas y estéticas, forman otro colectivo con el que el antropólogo dialogó y mantuvo intercambio intelectual; existen incluso imágenes de Métraux junto a Michel Foucault poco antes de su muerte en los años sesenta. Poetas como Oliverio Girondo, escritores como José María Arguedas o los miembros de la vanguardia surrealista con los que tuvo contacto durante su residencia en París en los años veinte integran su extendida red de interlocutores. Los etnólogos y museógrafos Paul Rivet y Georges-Henri Rivière mantuvieron una frondosa correspondencia con Métraux que nos permite reconstruir los itinerarios de las redes culturales.
André Breton lo llamó “el hombre antipoético del siglo XX”, probablemente debido a la lealtad de Métraux con los principios de la investigación etnográfica en los que había sido entrenado, aunque pudiera convivir y aceptar el interés de los surrealistas en el“arte primitivo” americano, impulsado por motivos menos “científicos” que los de la etnografía. Nada más lejos de Métraux que una visión positivista de las culturas indígenas, a las que trató con respeto y de las cuales procuró aprender y diseminar su visión del mundo, e incluso emplearlas como un espejo capaz de iluminar los marcos sociales locales latinoamericanos en los que estaban insertas y valerse de ellas para elaborar un análisis de las élites criollas.
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Los fragmentos que componen este texto fueron extraídos del artículo "El etnógrafo como contrabandista. Tráfico de imágenes, propagación de conceptos y usos de la cultura material en la obra de Alfred Métraux", publicado en Cuadernos de Literatura Vol. XVII nº 33 (enero-junio 2013).
El miércoles 8 de julio, Álvaro Fernández Bravo brindará una charla sobre Arte moderno y pensamiento autóctono, parte del curso Latinoamérica al sur del Sur.
Curso Latinoamérica al sur del Sur
Arte moderno y pensamiento autóctono
Esta charla abordará la obra de artistas que miraron hacia el pasado prehispánico y la cultura vernácula en busca de elementos para desarrollar lenguajes propios, como Xul Solar, Torres García y Leandro Katz.
Miércoles 8 de julio de 19:00 a 20:00
Por Álvaro Fernández Bravo