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Desde su fundación, el 21 de septiembre de 2001, este año fue récord histórico en la convocatoria del museo. Se acercaron más de 515.000 visitantes argentinos y del exterior a recorrer las exposiciones y participar de las diferentes actividades.

Después de la caída de visitas consecuencia de la pandemia, este año fue el más visitado del museo desde su fundación. Ya en el año 2022 había comenzado a remontar la participación, pero fue en el 2023 –por una combinación de programación e interés del público– que se logró superar el récord histórico. Familias, estudiantes, argentinos de todo el país y muchos extranjeros –un 44% del total, de los cuales un 55% provienen del Brasil– se acercaron a recorrer las exposiciones y participar de las actividades de las áreas.

Hasta el año pasado, el 2019 llevaba la delantera con 506.000 visitantes, seguido del 2014 (410.000), 2013 (399.286) y 2010 (372.263). Como es de esperar, las muestras más visitadas se encuentran en esos mismos años: Leandro Erlich. Liminal (252.000 visitantes, julio - octubre 2019), Yayoi Kusama. Obsesión infinita (206.000 visitantes, junio - septiembre 2013) y Andy Warhol. Mr. America (196.022 visitantes, octubre - febrero, 2010).

El calendario 2023 abrió con la exposición Del cielo a casa. Conexiones e intermitencias en la cultura material argentina que se proclamó como la segunda más visitada con 210.304 visitantes. El proyecto reunió más de 600 piezas, entre objetos, obras de arte y documentos y apostó por una mirada etnográfica para abordar la cultura material desde los usos, las costumbres, los rituales y los simbolismos que las cosas generan en una sociedad. La exposición fue concebida por un equipo multidisciplinario de diseñadores, arquitectos e historiadores coordinado por Leandro Chiappa e integrado por Sebastián Adamo, Gustavo Eandi, Marcelo Faiden, Carolina Muzi, Verónica Rossi, Juan Ruades, Martín Wolfson y Paula Zuccotti. Como “un flechazo nostálgico al corazón”, cada objeto elegido despertó en los visitantes de diferentes generaciones miles de historias personales, emergiendo en primer plano la memoria emotiva de las cosas.

En diálogo con la exposición, en marzo Malba inauguró Vía pública, una muestra individual de la artista argentina Marcela Sinclair, curada por Nancy Rojas. El proyecto se inscribió en el proceso de investigación de Sinclair, basado en la consideración de lo público como un espacio de construcción de comunidad, de exposición de conflictos y formación de consensos.

De julio a noviembre estuvo Luz y Fuerza. Arte y espiritualidad en el nuevo milenio, la exposición curada por Lara Marmor que reunió a 19 artistas argentinos contemporáneos cuyas obras giran en torno a la espiritualidad. Se trató de una exploración sobre la práctica artística en el nuevo milenio, un momento en el que conviven las antiguas cosmovisiones orientales y amerindias, la meditación, las terapias holísticas, los esoterismos, la homeopatía, el neochamanismo, la astrología y el budismo.

A fines de agosto, inauguró No habrá ninguno igual, exposición antológica de Edgardo Giménez que abarcó más de sesenta años de la producción del artista pop argentino, con cerca de 80 obras e instalaciones enfocadas en su filosofía y activismo en pos de una “obra de arte total”. Curada por María José Herrera, la exposición funcionó como un film antológico donde cada escena reflejó el tema, el estilo y las obsesiones del artista: obeliscos, animales salvajes, corazones, monos, estrellas, nubes, arcoíris.

Además, durante todo el año en el primer piso continuó la exhibición que reúne más de 220 obras icónicas del arte latinoamericano en un recorrido único que pone en diálogo la Colección Malba y la de su fundador, Eduardo F. Costantini. Curada por María Amalia García -curadora en jefe de Malba-, Tercer ojo exhibe las obras maestras del museo de artistas como Frida Kahlo, Diego Rivera, Tarsila do Amaral, Xul Solar, Joaquín Torres García, Emilio Pettoruti, Wifredo Lam, Roberto Matta, Maria Martins, Remedios Varo, Antonio Berni y Jorge de la Vega, entre muchos otros. 

El cierre del calendario estuvo a cargo de Soñar el agua, que inauguró el 8 de diciembre y continuará hasta el 26 de febrero de 2024, la exposición más completa dedicada hasta hoy a la poeta, artista visual y activista feminista Cecilia Vicuña (Santiago, 1948). Curada por Miguel Á. López, reúne más de 200 obras y ofrece una lectura de la obra de Vicuña desde el sur de América.

PROGRAMAS

Cabe destacar en el crecimiento de la convocatoria, la activa programación de todas las áreas del museo: Literatura, Cine, Educación y Programas públicos. 

En el área de Literatura, junto con el programa regular de actividades gratuitas (Fiesta de la Lectura, conferencias, seminarios, proyecciones, encuentros y presentaciones de libros), este año se desarrollaron distintas actividades híbridas que cruzaron cine, teatro, performance y poesía.

La programación de Cine mantuvo durante todo el año un porcentaje muy alto de público. Las películas más vistas fueron Trenque Lauquen de Laura Citarella, que cosechó prestigiosos premios en todo el mundo, y Errante de Adriana Lestido, que continúa en cartelera durante enero.

Luego del parate que supuso la pandemia, este año el área de Educación consolidó su programación de visitas: en español y portugués; públicas y privadas; desde familias a adultos mayores; y regulares y especiales. Fue un año de formación y trabajo intensos que se notó en las múltiples ofertas disponibles para recorrer el museo.

El área de Programas públicos tuvo una programación profusa de la que se puede destacar el seminario anual, inspirado en Tercer ojo, Habitar y transformar el arte latinoamericano. Organizado en ocho módulos de cuatro encuentros cada uno, el curso convocó a 32 prestigiosos docentes e investigadores con el objetivo de acercar los conocimientos profundos que aporta cada especialista a un público amplio.