Ximena Garrido. Estados nativos.">
Especie de contranarrativa moderna, Estados nativos describe el regreso del cobre industrializado a su origen como cobre natural. Ximena Garrido-Lecca colocó en la sala un gran carretel de cable eléctrico del que se extrajeron los hilos de cobre que contiene en su interior. Estos hilos fueron a su vez fundidos, dando como resultado cobre en estado líquido que, a través de la técnica de la cera perdida, conforma los cristales que pueden verse en las vitrinas de la tercera sala. La exposición constituye el registro de un proceso, evidenciando los elementos que permiten reconstruirlo. La artista pensó otras de sus exposiciones como mecanismos en funcionamiento. En 2015, en Lima, Arquitectura del humo ponía a trabajar un horno que producía ladrillos dentro de una galería de 80m2. Los ladrillos se iban acumulando y hacían crecer barreras, murallas o parapetos, arquitecturas de estorbo y control que pueden verse en aeropuertos, marchas o recitales (cualquier lugar en donde se junte mucha gente cuyos movimientos deban ser supervisados). El uso de materiales de construcción, tan iguales como geométricos, hacía un guiño a las poéticas del minimalismo norteamericano; el material y los procesos de producción remitían a procesos artesanales indígenas.
Estados Nativos guarda, de aquel proyecto, la simple linealidad de la narración y las referencias concretas a los procesos preindustriales del trabajo con los minerales, las metodologías antiguas de hornos, sopletes y ladrillos precarios que Garrido-Lecca observó en talleres de joyeros de Lima y que reproduce en la sala. Amplía, además, la experiencia que la artista tiene en el manejo del cobre, un material con el que viene trabajando desde 2013 en obras de corte escultórico en las que el metal adquiere la forma de un tejido. Garrido-Lecca da cuenta, así, de la fuerte relación entre la minería, la industria, los procesos de racionalización de la naturaleza y la progresiva desaparición de las tradiciones artesanales que éstos implican.
Llamado “las verdaderas venas del progreso” en los folletos que promocionan la minería, el cobre ha jalonado el crecimiento de la industria automotriz y eléctrica desde principios del siglo XX. Chile y Perú son hoy grandes exportadores de este metal, que se extrae a través de enormes zanjones a cielo abierto. Es conocida la conflictividad social que el desarrollo de la minería conlleva. No existe emprendimiento minero que no desate reivindicaciones y enfrentamientos en relación con el impacto ambiental que producen la extracción y la purificación de los metales, al que se suman los efectos sobre las economías y poblaciones locales.
Es conocido también que, desde los años 90, en Latinoamérica se vive un “boom” minero. En estas últimas dos décadas, las grandes mineras, además de llevar adelante procesos de concentración apabullantes, concretaron el proyecto de transnacionalización o exportación de los riesgos ambientales. En otras palabras, trasladaron hacia países latinoamericanos y africanos sus sedes extractivas. Así, bajo el ropaje del desarrollo y el crecimiento laboral, actualizaron redes económicas del virreinato y reactivaron el imaginario colonial en relación a la minería –despertando imágenes como la del Cerro Rico de Potosí, para nombrar solo la más conocida y simbólica–, pero también evidenciaron la relación de cuasi-sinonimia entre neocolonialismo y economía liberal.
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Fragmento del ensayo curatorial que acompaña a la muestra Ximena Garrido. Estados nativos. Descargar texto completo aquí.
14.07— 13.11.2017
Ximena Garrido-Lecca
Estados nativos
Al revertir los diferentes procesos industriales en los que se utilizan los recursos naturales para crear productos manufacturados, Estados nativos examina la relación entre la ciencia, la naturaleza y la cultura.
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