Becher había colaborado con Torre Nilsson y dirigido su primer largo en 1962 (Racconto, que quedó inédito), para después dedicarse a la publicidad. En 1969 presentó Tiro de gracia, mezcla de fantasía y retrato antropológico de una particular fauna urbana, suerte de versión vernácula de los beatniks. Una situación aparentemente policial, en la que el quejido de una guitarra eléctrica acompaña la llegada de un jeep, es el comienzo de un viaje impredecible que no cuenta con el sostén de ninguna convención tranquilizadora. Sus protagonistas son los bohemios habitués de un bar, “automarginados de todo” y a los pocos minutos el espectador se encuentra incorporado a ellos, a sus discusiones y códigos, a sus mujeres, a su absurdo. La personalidad turbulenta de uno de ellos, que el film prefiere, se expresa en la irrupción imprevista de escenas perturbadoras, que quizás sean recuerdos o quizás fantasías. El gran mérito de Becher fue lograr que la heterogeneidad de sus materiales no se diluya en la arbitrariedad sino que, muy por el contrario, se imponga como una poética. El protagonista y coautor Sergio Mulet, que en la vida real no sabía pasar desapercibido y se hizo una crispada fama de poeta maldito, tuvo un final a la altura de su leyenda: fue apuñalado por su novia en Transilvania. Texto de Fernando M. Peña.
Friday 27 de December de 2024 a las 22:00
Tiro de gracia (1969), de Ricardo Becher, c/ Sergio Mulet, Franca Tosato, María Vargas, Cristina Plate, Alejandro Holst, Mario Skubin, Javier Martínez Suárez. 101’.