Sobre un guion del propio Desanzo en colaboración con Lito Espinosa, basado en un caso real ocurrido en 1994, la película sigue a El Polaquito (Abel Ayala), un adolescente de unos trece años que se gana la vida cantando tangos en los vagones del tren, con el Polaco Goyeneche como principal referente. Sus días pasan entre miseria y marginalidad hasta que conoce a La Pelu (Marina Glezer), una chica de su edad que es obligada a prostituirse. (…) La ternura del romance entre los jovencitos choca con la crudeza de una existencia al margen, retratada con una estética similar a la utilizada en el Nuevo cine argentino: cámara en mano en algunos pasajes, como espiando a los personajes, sonido a veces un poco sucio y la crueldad de la calle como protagonista. Hay algo, sin embargo, de los primeros policiales de Desanzo en esta suerte de coming of age: la amargura, el sentirse prisionero de un sistema expulsivo, la necesidad de emprender una revancha en soledad por no encontrar un marco de contención. Estos y otros elementos permiten pensar que la mirada del mundo esbozada por el director veinte años antes seguía siendo la misma, aunque ciertos elementos sentimentales alivien la crudeza. Quizás sea ese el principal legado de Desanzo: la construcción de un mundo violento, sin reglas, donde pocos pueden sobrevivir sin perder totalmente la esperanza. Un mundo que, aunque todo esté perdido, puede tener pequeños destellos de felicidad. Texto de Ayi Turzi.
Thursday 26 de December de 2024 a las 22:30
El polaquito (2003), de Juan Carlos Desanzo, c/ Abel Ayala, Marina Glezer, Fernando Roa, Roly Serrano, Laura Espínola, Lucas Lazzarich. Fabián Arenillas, Claudio Torres. 92’.