Sigue siendo un gran film. Hasta hace poco pudo temerse que los años transcurridos desde su producción hubieran limado en forma importante los atractivos de El ciudadano. Pudo temerse, por ejemplo que los famosos efectismos visuales y sonoros resultaran desproporcionados a la sustancia que expresan. O pudo temerse, en el otro extremo, que las formas cinematográficas que parecieron audaces en 1941 hayan sido ya tan asimiladas por el cine posterior que el precedente pasara a perder fuerza como espectáculo. Esos temores son infundados. Hoy corresponde ubicar, describir y explicar El ciudadano, porque a la complejidad de su relato y de estilo se une la inmensa historia previa y posterior de Orson Welles y de sus agitadas relaciones con el cine, donde los años importan. Pero más allá de la historia, el gran desafío al film, la prueba que debe resistir en la revisión, es que cause hoy un asombro similar al de ayer, y que sacuda a nuevas generaciones de aficionados como en su momento sacudió a la crítica y a parte del público en el mundo entero. De esa prueba el film sale muy victorioso.
Texto de Homero Alsina Thevenet extraído de Crónicas de Cine, Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 1973.
Sunday 25 de August de 2024 a las 22:00
El ciudadano (Citizen Kane, EUA, 1941), de Orson Welles, c/Orson Welles, Joseph Cotten, Everett Sloane. 119’.