Este pequeño film de clase B está en la frontera entre el policial de gángsters, muy en boga durante los 30, y el film noir, que aún estaba en pañales.
Un documental sobre los soldados que regresan del frente de la Segunda Guerra Mundial con diversos problemas neuropsiquiátricos, un tipo de lesión que el cine no había contemplado hasta ese entonces.
Un gran pianista se interesa misteriosamente en un joven crítico musical y, de un modo indirecto, le hace una oferta que no puede rechazar.
Se sabe muy poco sobre este film de presupuesto minúsculo, que parece haber sido el resultado de una reunión vocacional de gente talentosa. El tema es rarísimo y oscila entre el noir tardío y el melodrama.
Belmondo, en su versión más encantadora, dirige una banda de asaltantes y logra hacerse con una fortuna en esmeraldas, pero, como corresponde, las cosas se complican con la intervención de un policía que tiene su propia agenda.
Este es ante todo un extraordinario film de suspenso. En segundo término, es también un film sobre la ambigüedad, la doble moral enloquecedora que en este caso se justifica dramáticamente porque el protagonista es un espía.
En forma y contenido, FELICIDAD se ubicó en las antípodas del llamado “Realismo Socialista” dispuesto en esos mismos años por la burocracia de Stalin. Es una fábula de tono circense, alternativamente cómica y poética, cuya asombrosa imaginación formal esconde una elevada dosis de sagacidad política.
No son sólo Drácula y Frankenstein, como dice el título de estreno en Argentina, sino también la Momia, el Hombre Lobo y los extraterrestres los protagonistas de este alucinante bodrio pop filmado en brillantes colores y en pantalla ancha.
La señorita del título es una extraterrestre adolescente con poderes mágicos que es enviada a la tierra para que se discipline. Una vez allí consigue trabajo como niñera, cuidando a los dos niños de una familia de clase media.
El psicoanálisis visto por un neurótico
Este misterioso cortometraje mudo tiene un subtítulo que dice “Un fragmento de SU historia clínica”. Luego de varios planos de la ciudad de Buenos Aires aparece el neurótico en cuestión, con un tic nervioso tremendo y sudor en las manos.
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