El triángulo heterosexual tradicional fue puesto patas para arriba en esta película pionera, la única que llegó a dirigir el santafecino Américo Ortiz de Zárate (1948-1989) tras una larga carrera en la industria como ayudante y asistente.
La primera parte del film describe el nacimiento de un joven y luminoso amor entre Libertad y Florén. En la segunda parte sobreviene una enfermedad, se constituye el triángulo, hay un accidente, Florén vaga sin rumbo por las calles porteñas y Libertad pierde la ídem por un crimen que no cometió.
El último film terminado de Clouzot es un sórdido thriller protagonizado por un galerista cuyas obsesiones sexuales fascinan extrañamente a la esposa de un escultor.
Una misma pareja se conoce y se enamora en dos circunstancias muy distintas, que se desarrollan de forma paralela en una suerte de reflexión sobre el destino. Fue la ópera prima del muy popular actor Papakaliatis, que además la escribió.
Un recorrido que nos lleva de un cuaderno impenetrable diario de la madre a diálogos imposibles con el padre, de viejas películas familiares a los rastros de los recuerdos compartidos por cada generación, de los fantasmas de la ciudad a la búsqueda al culto de la memoria en el mundo contemporáneo.
Argentina, años 70. Una joven desesperada recurre a una clínica que hace abortos clandestinos. Al descubrir que está en su cuarto mes de embarazo, la doctora se niega, pero le propone vender el bebé a unos clientes suyos, ofreciéndole refugio en su casa hasta que el niño nazca.
Un policial de ambientes de cabaret protagonizado por Libertad Leblanc es el marco cómplice de la irrupción de una de las primeras actrices trans en el cine argentino.
Tiene una estructura característica del cine negro: hay un robo y una traición que provocan persecución y venganza. Pero los personajes que la protagonizan y los ambientes que habitan tienen una impronta de realismo doloroso.
Hay, por supuesto, una explotación del éxito de la saga de Locademia de policía, honestamente señalada en el título original y el local. Pero acá, la escatología y el desborde lo acercan a un exponente muy trash de esa sensibilidad ochentosa de la comedia pop.
Patricio Tarazona hace una invocación de la poesía queer desde Alfonsina Storni hasta Néstor Perlongher, pasando por Pier Paolo Pasolini, Alejandra Pizarnik y Federico García Lorca, para generar un territorio donde las historias encallan en versos algo célebres y algo bastardos.
Si el cine es una síntesis posible de distintas artes, especialmente de las artes visuales y las performativas, la personalidad desbordada de Bernardo Kehoe, un actor y pintor tucumano, es un vehículo aceitado para atravesar ese núcleo singularmente híbrido del cine.
Demasiado bella para mí
Todo es anticonvencional en este film, empezando por la configuración del triángulo y siguiendo por sus estrategias narrativas, que incluyen fantasías, apelaciones al espectador y monólogos interiores de cada uno de los protagonistas.
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